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jueves, 13 de febrero de 2014

La Misión De Jesús


Podría uno preguntarse: si el Corán niega la Trinidad y la filiación divina de Jesús, ¿cuál fue entonces, la misión real de Jesús?
De acuerdo con el planteamiento islámico, Jesús fue un eslabón en una larga cadena de profetas y mensajeros enviados por Dios, a diversos pueblos y naciones, siempre que necesitaron alguien que les guiara y, sobre todo, cuando se desviaron de las enseñanzas de Dios. Jesús fue especialmente preparado por Dios para ser enviado a los judíos, que se habían desviado de las enseñanzas de Moisés y de otros mensajeros. Al igual que había sido apoyado milagrosamente por Dios en su concepción, nacimiento e infancia, también le fueron concedidos otros milagros para demostrar así que era un Enviado de Dios. Sin embargo, la mayoría de los judíos rechazaron su ministerio. El Corán nos relata la misión de Jesús en los versículos siguientes, que son continuación de los citados anteriormente, en los cuales se comunica a María la Buena Nueva: 
«El le enseñará la Escritura, la sabiduría, la Torah y el Evangelio. Y como enviado a los hijos de Israel dirá: "Os he traído un signo que viene de vuestro Señor. Crearé para vosotros del barro la imagen de un pájaro; después soplaré en ello, y con el permiso de Dios, se convertirá en pájaro. Asimismo, y con el permiso de Dios, curaré al ciego de nacimiento, al leproso y resucitaré a los muertos. Os informaré de lo que coméis y de lo que atesoráis en vuestras casas. Ciertamente, tenéis en ello un signo, ‑si es que sois creyentes. Vengo a confirmar la Torah que me precedió, además de declararos lícitas algunas de las cosas que os fueron prohibidas. Y os he traído también un signo que viene de vuestro Señor; ¡Temed, pues, a Dios y obedecedme! Dios es mi Señor y vuestro Señor. ¡Adoradle, pues! Esta es la senda recta. "» (3:485l.) 
En otro versículo del Corán, Jesús confirmó la validez de la Torah que fue revelada a Moisés, y anunció también la buena nueva de la venida de un último enviado. Esto queda claramente indicado en el versículo siguiente: 
«Y cuando Jesús hijo de María, dijo: "¡Hijos de Israel! Yo soy el que Dios os ha enviado, en confirmación de la Torah que me precede, y como anuncio de una buena' nueva de un enviado que vendrá después de mí, llamado Ahmad. " Pero, cuando les llegó con las evidentes pruebas, dijeron: "¡Esto es una magia manifiesta!''. » (61:6.) 
El mensajero, del cual Jesús anunció la buena nueva se cita tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento de la Biblia. En el Antiguo Testamento figuran varias profecías que únicamente pueden relacionarse con el profeta Muhammad. Citaremos solamente una, de tantas otras que sólo se aplican a Muhammad. Esta profecía, que fue dirigida a Moisés, decía que Dios enviará entre los «hermanos» de los israelitas a un profeta como Moisés, que será un fundador, un líder y un ejemplo de una comunidad de creyentes. Esto lo leemos en los siguientes versículos del Deuteronomio, capítulo 18. 
«Yo le suscitaré un profeta de en medio de sus hermanos semejante a ti, y pondré mis palabras en su boca y les hablará todo lo que yo mandaré. Mas el que no quisiere escuchar las palabras que hablará en mi nombre, experimentará mi venganza.» (Deut. 18:18‑20.) 
Cualquiera que esté familiarizado con la vida del profeta Muhammad, verá fácilmente que nadie mejor que él encaja en la descripción anterior. Fue el profeta Muhammad y no Jesús quien, como Moisés, nació de padres normales, se casó, fundó una comunidad fiel, estableció una gran ley y murió de manera natural. 
Estudiando cuidadosamente el Nuevo Testamento, se ve que Jesús cita a este mismo profeta en Juan 14:16,17: 
«Y yo rogaré al Padre y os dará otro Consolador para que esté con vosotros eternamente, a saber, el Espíritu de verdad. 
Más adelante, en la descripción especifica de este Espíritu de la Verdad y de su papel, podemos leer en Juan 16:13,14: 
«Cuando venga el Espíritu de la verdad, él os enseñará todas las verdades, pues no hablará de suyo, sino que dirá todas las cosas que habrá oído y os pronunciará las venideras. El me glorificará ... » 
Los términos de esta profecía no aseguran la conclusión que usualmente se le atribuye, es decir, que se refiere al Espíritu Santo. La explicación relativa al Espíritu Santo queda excluida por un versículo anterior de Juan, que dice:
«Más yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si yo no me voy, el Consolador no vendrá a vosotros.» (Juan 16:7.)
De la Biblia se deduce claramente que el Espíritu Santo solía visitar a los hombres antes y durante la vida de Jesús. Juan fue reconfortado con el Espíritu Santo antes de nacer, y el mismo Jesús recibió al Espíritu Santo en forma de paloma.
Las características de este Consolador, tal como se puede deducir de la profecía, son las siguientes: 
1. No vendrá hasta que Jesús haya partido.
2. Permanecerá para siempre con los creyentes.
3. Glorificará a Jesús.
4. Hablará lo que él escuche de Dios. 
Estas características únicamente son aplicables al profeta Muhammad, como demuestra la siguiente breve observación:
1.     El profeta Muhammad fue el único mensajero que vino después de Jesús., Transcurrió un intervalo de seis siglos entre ellos. La misión de Jesús estuvo limitada a «las ovejas perdidas de los hijos de Israel», pero el mensaje de Muhammad fue universal. Esto explica la segunda característica.
 
2.     Dios solamente quiso que el mensaje del profeta Muhammad fuera universal y perdurable. Esto está de acuerdo con la manifestación de que el Consolador permanecerá para siempre con los fieles. 
 
3.     Ningún otro profeta glorificó a Jesús tanto como lo hizo el profeta Muhammad. Los judíos han considerado a Jesús como impostor y acusaron a su madre de inmoralidad. Trataron de crucificarlo. El profeta Muhammad glorificó a Jesús como un gran profeta y como la «Palabra de Dios». El Sagrado Corán le atribuye milagros que no se mencionan en la Biblia. María, por otra parte, está considerada como la más casta y enaltecida entre todas las mujeres del Paraíso. De esta manera, Muhammad realmente glorificó a Jesús.
 
4.     La cuarta característica también se aplica netamente al profeta Muhammad. El Corán fue revelado al profeta Muhammad a través del ángel Gabriel. Cuando el ángel terminaba de recitar algunos versículos del Corán, el profeta Muhammad comunicaba de palabra a sus compañeros lo que había escuchado del ángel, sin añadir, modificar ni olvidar nada. El Corán también describe al profeta Muhammad: «No habla por pasión propia. No es sino una revelación transmitida» (514,5). Si comparamos esto con «no habla por autoridad propia», vemos la notable semejanza entre las características del Consolador y las del profeta Muhammad. Estas y otras profecías del Antiguo y Nuevo Testamento predicen con términos inequívocos la venida del profeta Muhammad, que es rechazado por los judíos y por los cristianos debido a malentendidos y prejuicios y no en la base de un cuidadoso estudio de la Biblia, del Corán, y de modernos hallazgos en el campo de las religiones comparadas.

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