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viernes, 31 de enero de 2014

La Tumba: Sus Horrores


Los horrores de la Tumba 
Hâni', el esclavo liberado de ‘Uzmân Ibn ‘Affân  , narró que toda vez que ‘Uzmân  se detenía frente a una tumba lloraba prolongadamente hasta que su barba se humedecía por las lágrimas. Le fue dicho (a ‘Uzmân): ‘Te acuerdas del Paraíso y el Infierno y no lloras, pero cuando te acuerdas de la tumba lloras’, y él respondió: ‘(Ciertamente) oí al Profeta de Allâh  decir: ‘La tumba es la primera etapa en el camino hacia la otra vida. Quien la pase con éxito encontrará menos dificultad en pasar las otras, pero quien sufra en ella dificultad encontrará cada vez más difíciles las etapas siguientes.’ Y dijo: ‘Y también oí al Mensajero de Allâh  decir: ‘No hay escena más horrible, de entre las que he visto, que la de la tumba.’[1] Debido a que lo que vendrá después de la tumba será más fácil para quien pase esta etapa con éxito y sin daño, cuando le sea mostrado en su tumba lo que Allâh le tiene preparado de delicias, ésta dirá: ‘¡Oh, Señor! Apresura la llegada de la Hora, para que así pueda estar con mi familia y mi riqueza para siempre.’[2] En cambio, cuando el incrédulo y el pecador vean el intenso tormento que Allâh les ha preparado dirán, a pesar del tormento que están sufriendo (en la tumba): ‘¡Oh, Señor! No dejes que llegue la Hora’[3], pues lo que está por venir es aún peor y más espantoso.
La oscuridad de la tumba
Durante la vida del Mensajero , murió una mujer que solía limpiar la mezquita. (Al día siguiente) el Mensajero  percibió que ella ya no estaba allí, entonces le fue informado que había muerto durante la noche (anterior); la gente la enterró y prefirieron no despertar al Profeta . Él  les pidió a sus compañeros que le mostraran su tumba, entonces se dirigieron a ella y rezaron por ella. Después dijo : "Estas tumbas están llenas de oscuridad, pero Allâh las ilumina para sus ocupantes por virtud de mi oración por ellos." Esto fue narrado por Al Bujâri, Muslim, Abû Daûd, Ibn Mâyah, Al Baihaqi y Ahmad.[4]

[1] Narrado por At Tirmidhi e Ibn Mâyah. At Tirmidhi dijo: ‘Éste es un Hadîz garîb.’ Ver Mishkât Al Masâbîh, 1/48 y Yâmi‘ Al Usûl, 11/164. El Shaij Nâsir Ad Dîn Al Albâni dijo en su comentario a Mishkât Al Masâbîh: ‘Su Isnâd es hasan. Ver Sahîh Al Yâmi‘ As Sagîr, 2/85.
[2] Tomado del Hadîz de Al Barâ' , cuya fuente ha sido discutida .
[3] Ídem.
[4] Ahkâm Al Yanâ'iz, Pág.87

Las causas del mal final

Las causas del mal final
Algunos de aquellos que aparentan ser musulmanes y actúan de acuerdo con lo que dice el Islam tienen un mal final -que Allâh nos proteja de eso-. Este mal final se hace hasta evidente en el caso de algunos agonizantes. Siddîq Hasan Jân analizó el tema del mal final, y dijo: "Existen razones (causas) para esto, y de las cuales se debe cuidar el creyente."[1]. Después mencionó estas razones, como sigue:
1 - La creencia (Al ‘Aqîdah) incorrecta, aun cuando la persona lleva una vida de perfecto ascetismo y rectitud. Si hay algo incorrecto en su creencia, a pesar de estar convencido de que se trata de algo correcto y aferrarse a ello sin pensar que pudiera estar equivocado, la falsedad de su creencia se le puede hacer evidente cuando esté agonizando. Esta creencia incorrecta puede tener el efecto de destruir todas sus otras creencias en el momento de su muerte. Si su alma parte antes de que se de cuenta y pueda regresar a la verdadera fe, entonces esto será considerado como un mal final para él y partirá de este mundo como un incrédulo. Así, será uno de aquellos a los que Allâh les dice:
{Allâh ya les mostrará lo que no se imaginan.} (39:47)
{Diles: ¿Queréis que os enteremos de quiénes son los más perdedores por sus obras? Aquellos cuyos afanes se malograron en la vida mundanal mientras creían haber obrado el bien.} (18:103-104)
Todo aquel que cree en algo incorrecto, ya sea por opinión personal o por seguir a otras personas que creen en ello, se encuentra en un gran peligro, y su ascetismo y rectitud no lo beneficiarán en nada. Lo único que puede beneficiarlo es la creencia correcta, y ésta es únicamente la que concuerda con el Libro de Allâh y la Sunnah de Su Mensajero , pues las únicas creencias religiosas válidas son las que son tomadas de estas dos fuentes.
2 - La persistencia en el pecado. Aquel que peca continuamente se acostumbra a ello, y todo aquello a lo que el hombre se acostumbra en su vida se le presentará durante su agonía. Si se inclina más por los actos de adoración entonces lo que más recordará en su agonía serán aquellos actos, pero si se inclina más hacia el pecado serán sus pecados lo que más recordará. Y es muy posible que éstos vengan a su mente y lo distraigan o confundan interponiéndose entre él y el arrepentimiento, pues estará como encadenado por sus malos actos, porque éstos formarán una barrera entre el agonizante y su Señor convirtiéndose en la causa de su condena en sus últimos momentos. El Profeta  dijo: "El pecado es el heraldo de la incredulidad."
Quien se esfuerza por no cometer pecados y cuando incurre en ellos se arrepiente se encuentra bien lejos de este peligro. En cambio, aquel que sigue cometiéndolos hasta que éstos llegan a exceder sus buenas obras y no se arrepiente de ellos se estará exponiendo al peligro de que éstos colmen su mente y sienta inclinación hacia ellos en el momento más crítico de su vida cuando su alma sea llevada.
Esta situación puede ser comprendida por medio de una analogía o comparación. Sin duda que en la mayoría de los casos lo que el hombre ve en sus sueños son cosas a las que él está acostumbrado en su vida. Así, aquel que ha dedicado su vida a la búsqueda del conocimiento ve en sus sueños temas relacionados con el conocimiento y los sabios, y aquel que ha dedicado su vida a la costura ve cosas que tienen que ver con la costura y la sastrería. En los sueños uno ve cosas a las que está acostumbrado ya que ha tratado con ellas por mucho tiempo. La muerte, a pesar de ser más intensa que el sueño, se asemeja en su agonía a la pérdida de conciencia durante el sueño.
Adh Dhahabi dijo en Al Kabâ'ir: "Muyâhid dijo: Una vez, una persona cuya pasión era el ajedrez se encontraba agonizando, y alguien le dijo: ¡Di: Lâ ilâha illa Allâh! Entonces éste respondió: ¡Jaque mate! y después murió. Las palabras que solía utilizar en su vida mientras jugaba ajedrez vinieron a su boca y en vez de pronunciar la formula del Tauhîd dijo ¡Jaque mate!"[2]
Fue narrado también acerca de un hombre que acostumbraba sentarse con gente que consumía bebidas alcohólicas. Cuando agonizaba le fue dicho: ¡Di el testimonio de fe! Pero él respondió: ¡Bebed y servidme un poco! y después de esto murió. ¡Qué Allâh el Altísimo nos proteja de tener un final similar!
3 - El abandonar la Istiqâmah.[3] El perderse en la vida pecaminosa después de haber sido una persona virtuosa y practicante de las buenas obras es una de las causas que llevan a tener un mal final. Al igual que Iblîs (Satanás) que a pesar de que era líder y maestro de los Ángeles y una de las criaturas que más se esforzaban en adorar a Allâh, cuando le fue ordenado prosternarse ante Adán se mostró arrogante y rebelde rechazando hacerlo y se convirtió en uno de los incrédulos. O como Ba‘lâm Ibn Bâ´ûra a quien Allâh le mostró Sus signos pero él los desechó y prefirió la vida mundanal, y siguió sus propios caprichos y deseos, convirtiéndose así en uno de los que se extraviaron. Y Barsîsa el ferviente adorador, a quien Shaitân le dijera: ¡Deja de creer!, cuando descreyó Shaitân le dijo: No tengo nada que ver contigo; yo temo a Allâh, el Señor de los Mundos. Shaitân lo extravió y lo hizo caer en la incredulidad, y luego declaró que no tenia nada que ver para no tener que compartir con él el castigo. Pero no le sirvió de nada pues Allâh dice:
{El final de ambos será el Infierno donde sufrirán eternamente. Esta es la retribución de los inicuos.} (59:17)
4 - La debilidad de fe. La existencia de alguna debilidad en la fe de la persona disminuye su amor por Allâh. El amor por este mundo se hace cada vez más fuerte en su corazón y al final lo toma por completo sin dejar lugar para el amor a Allâh, excepto en pequeños rincones que no pueden causar ningún efecto en el Nafs (el Yo) para neutralizarlo, refrenarlo de cometer pecados, o instarlo a practicar actos de obediencia. Así, esta persona se hunde con sus deseos y pecados, y la oscuridad de los pecados se acrecienta acumulándose en su corazón, y ello mantiene apagada cualquier luz de fe que en él haya. Cuando la agonía de la muerte llega, su amor por Allâh se hace más débil aún, ya que éste ve que está partiendo de este mundo que le es tan amado. Su amor por la vida mundanal es tan grande que se niega a abandonarla y le duele hacerlo, y Allâh sabe eso. Por ello teme que el odio desplace al amor por Allâh de su corazón, y aquel amor débil se convierta en odio. Si su alma parte en ese momento tan peligroso tendrá el mal final y será condenado eternamente.
El motivo de este mal final es el amor por este mundo. Contentarse y regocijarse sólo con él, teniendo al mismo tiempo una fe débil, significa que el amor por Allâh también es débil. Éste es un problema crónico que afecta a muchas personas. Si el corazón de la persona se encuentra agobiado con un asunto mundanal, en el momento de la muerte éste llenará su mente y corazón no dejando lugar para nada más. Esto formará una barrera entre él y su Señor.
Fue narrado que Sulaimân Ibn ‘Abd Al Mâlik entró en Al Madînah en el mes de la peregrinación y dijo: "¿Hay alguien aquí que haya conocido a algunos de los Sahâbah?" La gente respondió: Si, Abû Hâzim. Entonces lo mandó llamar y cuando éste llegó le dijo: "¡Oh, Abû Hâzim! ¿Por qué odiamos la muerte?" Y él dijo: Todo vuestro esfuerzo ha sido en pro de este mundo y habéis descuidado la Otra vida, y odiáis abandonar aquello por lo que habéis luchado para dirigiros hacia aquello para lo que no os habéis preparado (o sea el Día del Juicio). Sulaimân dijo: "Habéis dicho la verdad" Después dijo: "Me pregunto, qué será lo que Allâh nos tiene preparado?". Abû Hâzim le dijo: Juzgad vuestras acciones según el (juicio del) Libro de Allâh. Dijo (Sulaimân): ¿Y dónde lo encuentro? Respondió: En el siguiente versículo: {Por cierto que los piadosos gozarán de las delicias del Paraíso, y los pecadores, en cambio, sufrirán en el Infierno.} (82:13-14) Sulaimân dijo: "¿Y dónde está la misericordia de Allâh?" Él dijo: La misericordia de Allâh está cerca de aquellos que hacen las buenas acciones. Sulaimân agregó: "Me pregunto, cómo será mi encuentro con Allâh" Él dijo: Quien hace buenas acciones se sentirá como aquel que retorna a su familia después de haber estado ausente (de su casa), en cambio el malhechor se sentirá como un esclavo fugitivo cuando es devuelto a su amo. Entonces Sulaimân lloró en voz alta y dijo: "Aconséjame (¡Oh, Abû Hâzim!)" Él dijo: Teme que Allâh te vea cuando estés haciendo lo que prohibió y de que no te encuentre donde ha ordenado estar.
Siddîq Hasan Jân citando las palabras de Al Gazâli en Al Ihiâ' [4] mencionó que el mal final puede ser uno de dos niveles, siendo uno de ellos más grave que el otro. El más grave (que condena a la persona al Infierno) es cuando el corazón está colmado ya sea por la duda o por la negación[5]en el momento de la agonía y el horror de la muerte, y el alma es tomada en ese estado. Esta situación forma una barrera eterna entre la persona y Allâh, condenándola al destierro eterno y al tormento sin fin. El otro nivel es cuando el corazón de la persona, en el momento de la muerte, se ve agobiado por algún asunto mundanal o deseo, el cual no deja lugar en él para nada más en ese momento. Si su alma es tomada estando él así entonces el asunto es grave, pues la persona muere de la manera que vivió. A estas alturas el sentimiento de dolor y pesar será en verdad grande, a menos que la fe y el amor por Allâh se encuentren firmemente enraizados en el corazón desde hace un largo tiempo y nutridos por la práctica de las buenas obras, que es lo único que podrá salvarlo del peligro. Aun si su fe fuese equivalente al peso de un átomo, ésta hará que sea retirado del Infierno en un tiempo corto. Si su fe es menos que eso, entonces se quedará en el fuego por más tiempo, pero al final saldrá de él aunque sea después de mil años. Quien crea acerca de Allâh, Sus atributos y acciones algo que contradiga los contenidos del Corán y la Sunnah, ya sea por imitar a otros o por opinión propia, se encontrará expuesto a este peligro también. El ascetismo y la piedad no son suficientes para repeler este peligro; nada puede salvar a la persona de esto excepto la creencia correcta.[6]

[1] Iaqadha Ulil I‘tibâr, 211
[2] Al Kabâ'ir de Adh Dhahabi, Pág. 91
[3] Al Istiqâmah: Lit. significa la continuidad en la adoración y la practica de las buenas obras. Ver Iaqadhah Ulil I‘tibâr, Pág. 212
[4] Ihiâ' ‘Ulûm Ad Dîn de Al Gazâli.
[5] N.d.T.: La duda o negación que implica la incredulidad (Al Kufr)
[6] Iaqadha Ulil I‘tibâr, Pág. 216

En el momento de la muerte la persona se arrepiente y desea volver (a la vida)


En el momento de la muerte la persona se arrepiente y desea volver (a la vida)
Cuando la muerte llega, la persona desea volver a este mundo para enmendar sus errores. El incrédulo desea volver para hacerse musulmán, y el musulmán pecador desea volver para arrepentirse.
{Cuando la muerte les sorprenda [a los incrédulos y vean el castigo] dirán: ¡Oh, Señor mío! Hazme regresar a la vida otra vez para [creer en Ti y] realizar las obras buenas que no hice. Pero no se les dará otra oportunidad, pues son sólo palabras [que no cumplirán]. Y permanecerán en ese estado [la muerte] hasta que sean resucitados.} (23:99-100)
La fe de la persona que empieza a creer recién cuando la muerte está cerca no será aceptada, y de igual manera el arrepentimiento no será válido una vez que el cascabel de la muerte suene en la garganta.
{Allâh perdona sólo a quienes cometen el mal por ignorancia y pronto se arrepienten. A éstos Allâh los absuelve porque Allâh es Sabio, Omnisciente. No serán perdonados quienes sigan obrando mal hasta que les sorprenda la muerte y entonces digan: Ahora me arrepiento. Ni tampoco quienes mueran siendo incrédulos, a éstos les tenemos reservado un castigo doloroso.} (4:17-18)
Ibn Kazîr (en su interpretación de estos versículos) cito varios Ahâdîz que indican que Allâh aceptará el arrepentimiento de la persona cuando la muerte está acercándose, siempre y cuando el cascabel de la muerte no emita su sonido. El Profeta  dijo: “Allâh aceptará el arrepentimiento del siervo siempre y cuando el cascabel de la muerte no haya sonado". Esto fue narrado por At Tirmidhi e Ibn Mâyah[1]. Todo aquel que se arrepienta antes de morir lo habrá hecho en el tiempo apropiado, a condición de que sea con verdadera sinceridad. La persona que está pasando por toda la agonía y el horror de la muerte puede que no sea capaz de hacerlo propiamente, por lo tanto se debe apresurar en arrepentirse antes de que llegue su hora.

La llegada de los Ángeles de la muerte


La llegada de los Ángeles de la muerte
Cuando el tiempo establecido para la muerte llega y la vida de la persona se acerca a su fin, Allâh envía a los Ángeles de la muerte para que extraigan el alma que controla y da vida al cuerpo.
{Y Él tiene total dominio sobre Sus siervos. Envía a vosotros Ángeles custodios hasta que os llega la muerte, y entonces Nuestros enviados [los Ángeles de la muerte] se encargan de recoger vuestras almas y no olvidan nada [de lo que les hemos ordenado].} (6:61)
Los Ángeles de la muerte se presentan ante el creyente con una forma y apariencia agradable, y ante el incrédulo y el hipócrita con un aspecto aterrador. Según el Hadîz de Al Barâ' Ibn 'Âzib, el Mensajero  dijo: "Cuando el siervo creyente está por abandonar este mundo y pasar al otro, los Ángeles descienden del cielo y se presentan ante él con rostros blancos radiantes como el sol. Traen con ellos una mortaja y bálsamos aromáticos del Paraíso, y se sientan al alcance de su vista. Entonces el Ángel de la Muerte  aparece y se sienta a la altura de su cabeza, y dice: ¡Oh, alma buena! (y según otra transmisión del Hadîz, ¡Oh, alma pacífica!) Sal al encuentro de la misericordia y complacencia de tu Señor. Entonces ésta sale (del cuerpo) como una gota de agua que cae de la boca de un jarro, y se la llevan…
En cambio, cuando el siervo incrédulo (y según otra transmisión del Hadîz, el siervo inmoral) está por abandonar este mundo y pasar al otro, los Ángeles [rigurosos y severos] descienden del cielo y se presentan ante él con rostros negros. Traen con ellos una arpillera[1] [del Infierno], y se sientan al alcance de su vista. Entonces el Ángel de la Muerte  aparece y se sienta a la altura de su cabeza, y dice: ¡Oh, alma perversa! Sal al encuentro de la ira y la cólera de Allâh. Entonces ésta se encogerá (de miedo) dentro del cuerpo y será arrancada de él.[2]
No nos es posible ver lo que pasa con la persona agonizante en el momento mismo de la muerte, aunque si podemos ver sus efectos sobre ella. Allâh nos ha informado sobre el estado de la persona agonizante:
{Pero cuando el alma [de quien está agonizando] llegue hasta su garganta, y vosotros estéis observando en ese momento [no podréis hacer nada para salvarlo]. Ciertamente Nosotros estamos más cerca que vosotros de él, aunque no lo veáis.} (56:83-85)
El versículo se refiere al momento en el que el alma alcanza la garganta de la persona que esta muriendo, y de cómo las personas a su alrededor, aun cuando no perciben la presencia de los Ángeles del Misericordioso arrancando su alma, pueden ver lo que está sufriendo debido a la agonía de la muerte.
{Ciertamente Nosotros estamos más cerca que vosotros de él, aunque no lo veáis.} (56:85)
Y Allâh dice:
{Y Él tiene total dominio sobre Sus siervos. Envía a vosotros Ángeles custodios hasta que os llega la muerte, y entonces Nuestros enviados [los Ángeles de la muerte] se encargan de recoger vuestras almas y no olvidan nada [de lo que les hemos ordenado].} (6:61)
En otra parte, Allâh dice:
{Cuando el alma suba hasta las clavículas [en el momento de la muerte], y digan: ¿Hay alguien que pueda salvarle de la muerte? El que se encuentra en agonía sabrá que habrá llegado el momento de partir [de este mundo], y así se irán incrementando los pesares [hasta morir], y entonces será conducido hacia su Señor.} (75:26-30)
Lo que llega a la altura de la clavícula es el alma.
El Hadîz anteriormente mencionado afirma claramente que el Ángel de la Muerte le da al creyente las buenas nuevas del perdón, la misericordia y la complacencia de Allâh, y le informa al incrédulo o al malhechor del enojo y la ira de Allâh que recaerán sobre él. Esto también se declara claramente en muchos textos del Corán. Allâh dice:
{Por cierto que quienes dicen: Nuestro Señor es Allâh y obran correctamente, descienden sobre ellos los Ángeles [en la agonía de la muerte y les dicen:] No temáis [a la muerte y a lo que vendrá después de ella] ni os apenéis [por la separación de vuestros familiares], sino alegraos con el Paraíso que se os prometió [como recompensa]. Nosotros somos vuestros protectores en la vida mundanal y en la otra; sabed que tendréis allí todo cuanto deseéis y se os concederá lo que pidáis. Ésta es la recompensa del Absolvedor, Misericordioso.} (41:30-32)
Este descenso (de los Ángeles) -según un grupo de los Mufassirîn[3] más sobresalientes, como Muyâhid y As Suddi- ocurre en el momento de la muerte[4]. Y sin duda que en el momento de la muerte el hombre se encuentra en una situación difícil, pues teme por lo que vendrá y por aquellos que está dejando atrás. Por ello los Ángeles descienden para reconfortarlo de su ansiedad y para tranquilizarlo. Ellos le dirán que no se preocupe por su futuro en la vida del Barzaj y en la Otra Vida, y que no se aflija por aquellos familiares e hijos que está dejando atrás, y le albriciarán con la mayor de las buenas nuevas:
{Alegraos con el Paraíso que se os prometió [como recompensa].} (41:30)
{Sabed que tendréis allí todo cuanto deseéis y se os concederá lo que pidáis.} (41:31)
Mientras que la persona se mantenga fiel y devota a Allâh únicamente estará siempre bajo Su protección y cuidado, especialmente en tiempos de dificultad; y la agonía es el momento más difícil.
{Nosotros somos vuestros protectores en la vida mundanal y en la otra...} (41:31)
Pero en el caso del incrédulo y el malhechor, los Ángeles descienden con noticias totalmente opuestas:
{Por cierto que a quienes los Ángeles tomen sus almas y mueran dudando de su fe, los Ángeles les preguntarán al tomar sus almas: ¿Por qué dudasteis? Responderán: Nos sentíamos débiles y oprimidos. Les dirán: ¿Acaso la Tierra de Allâh no era suficientemente vasta como para haber emigrado? A ellos les corresponderá el Infierno como morada. ¡Qué mal fin!} (4:97)
Según la narración de Ibn ‘Abbâs transmitida por Al Bujâri, este versículo fue revelado con motivo de un grupo de personas que se habían hecho musulmanas (en la época del Profeta ) pero no emigraron tal como Allâh se los había ordenado. Entonces a algunos de ellos la muerte les sobrevino naturalmente, y otros fueron muertos en batallas encontrándose en las líneas del enemigo[5]. Por esto, los Ángeles les reprocharon con severidad mientras agonizaban, y les informaron que serían introducidos en el Infierno.
En otra parte, Allâh nos relata cómo los Ángeles trataron a (las almas de) los incrédulos que murieron en la batalla de Badr:
{Y si vieras [¡Oh, Muhammad! que terrible será] cuando los Ángeles tomen las almas de los incrédulos al morir y les golpeen sus rostros y sus espaldas, y les digan: Sufrid el tormento del Infierno. Éste es el castigo que merecisteis por vuestras obras, y ciertamente Allâh no es injusto con Sus siervos.} (8:50-51)
Ibn Kazîr dijo en su Tafsîr acerca de estos versículos: "Allâh está diciendo: ‘Si pudieras ver ¡Oh, Muhammad! cuando los Ángeles toman las almas de los incrédulos y golpean sus rostros y sus espaldas diciéndoles: ¡Probad el castigo del Harîq[6]! verías algo tremendamente aterrador.’"
El gran Mufassir Ibn Kazîr indicó que este versículo se refiriere a la batalla de Badr, pero también se aplica a los incrédulos, pues Allâh no mencionó específicamente a las personas que murieron en Badr sino que dijo: {Y si vieras [¡Oh, Muhammad! que terrible será] cuando los Ángeles tomen las almas de los incrédulos al morir...} (8:50-51)[7]
Lo que Ibn Kazîr dijo es correcto y muchos otros versículos coránicos lo corroboran; tales como:
{¿Acaso hay alguien más inicuo que quien inventa mentiras acerca de Allâh o desmiente nuestros preceptos? Estos alcanzarán [en esta vida] lo que les estaba predestinado, y cuando se les presenten Nuestros Ángeles les dirán: ¿Dónde están aquellos [ídolos] que invocabais en vez de Allâh? Ellos responderán: Nos han abandonado; y reconocerán haber sido incrédulos.} (7:37)
{Cuando los Ángeles tomen las almas de quienes hayan sido incrédulos, éstos se entregarán [diciendo]: No cometimos ningún mal. [Los Ángeles responderán:] ¡Pues sí! Allâh bien sabe lo que hacíais.} (16:28)
{Aquellos que reniegan de su fe después de habérseles evidenciado la guía es porque Satanás les seduce y les da falsas esperanzas. Este descarrío es porque [los hipócritas] dijeron a quienes odian lo que Allâh reveló [los judíos]: Os aliaremos con vosotros contra el Profeta. Pero Allâh bien conoce sus secretos. ¡Qué terrible será cuando los Ángeles tomen sus almas y les golpeen en los rostros y sus espaldas!} (47:25-27)

[1] Se refiere a ropa hecha de pelo animal que por su aspereza mortifica el cuerpo, y se utiliza por austeridad.
[2] El experto en Ahâdîz Nâsr Ad Dîn Al Albâni (que Allah tenga misericordia de su alma) compiló todas las narraciones de este Hadîz y las comparó y combinó consiguiendo una versión final que comprende todas las frases adicionales que fueran transmitidas en la diferentes cadenas (Isnâd)Sahîhah (auténticas). Ver su libro Ahkâm Al Yanâ'iz Pág.59. Las narraciones fueron transmitidas por Abû Dâûd (Vol. 2/281), Al Hâkim (1/27-40), AtTaiâlisi (Hadîz Núm.753), Ahmad (4/287-288-295-296), Al Âyirri en Ash Sharî‘a (Pág. 367-370). Al Hâkim dijo acerca de la veracidad del Hadîz: ‘es un Hadîz Sahîh de acuerdo a las condiciones de los dos Shaij [Al Bujâri y Muslim]’, y Adh Dhahabi confirmó esto. También ha sido clasificado comoSahîh por Ibn Al Qaîm en A‘lâm Al Muuaqqi‘în (1/214) y en Tahdhîb As Sunan (4/337) donde narró que el Hadîz fue clasificado como Sahîh por Abû Na‘îm y otros.
[3] Sabios en la ciencia de la interpretación del Corán o Tafsîr.
[4] Tafsîr de Ibn Kazîr, 6/174
[5] Tafsîr de Ibn Kazîr, 2/369
[6] Tafsîr de Ibn Kazîr, 3/335
[7] Idem. 3/335

Nuestro Amado Jesús, Un Profeta de Dios!

Como misericordia de Él, Dios les envió a los humanos varios mensajeros. Ellos fueron enviados para enseñarle a la gente la correcta y aceptable forma de adorar a Dios, su Creador y el Creador de todas las cosas. Todos los profetas de Dios, de quienes el primero es Adam y de quienes el último es Muhammad, salalahu ^alayhi wa salam, vinieron con una religión—Islam, y con un credo—la creencia en que Dios es Uno (Wahid), esto quiere decir, que Dios no tiene un socio. Todos ellos enseñaron que Dios es atribuido con los atributos perfectos, uno de los cuales es que Él no es parecido a ninguna de Sus creaciones. Ellos enseñaron lo que Dios nos ordenó que hiciéramos y que evitáramos en esta vida. También, ellos enseñaron acerca del día del juicio en el cual todos nosotros seremos juzgados por haber satisfecho o no las obligaciones en esta vida. Ninguno de ellos enseñó lo que contradice la creencia de que Dios es Uno. Cada uno de ellos ordenó a sus seguidores creer en el resto de los profetas. Imam al-Buĵariyy relató que el Profeta Muhammad, salalahu ^alayhi wa salam,dijo:
الأنبياءُ إخوةٌ لِعلاتِ، دينُهم واحدٌ وَأُمَّهَاتُهُمْ شَتَّى. وأنا أولَى الناسِ بعيسى ابنِ مريم، ليس بينى وبينه نبىٌّ
Lo cual significa: <<Los profetas son como hermanos del mismo padre con diferentes madres. Su religión es una, aunque sus Ċhari^ahs (reglas de la religión) difieren. Yo soy el más merecedor de Jesús, el hijo de Maryam (María). No hubo otro profeta entre nosotros.>>
Eternamente, Dios escogió a Jesús como mensajero antes del Profeta Muhammad, salalahu ^alayhi wa salam. Él fue uno de los mejores cinco mensajeros de Dios, llamados Ulul-^azm, (1) aquellos con el rango mas alto, quienes fueron los mas pacientes. El es Jesús el hijo de Maryam, la hija de ^Imran, de los hijos de Israel. (2) El profeta Jesús, como todos los profetas, fue veraz en lo que transmitió de Dios. Aunque ahora los musulmanes siguen la Ċhari^ah del Profeta Muhammad,salalahu ^alayhi wa salam, ellos respetan, aman, y creen en Jesús y en su profecía.
MARYAM (MARÍA), LA MADRE DE JESÚS
Maryam (María), la madre de Jesús, fue una mujer musulmana piadosa descendiente de los hijos de Israel quien vivió durante el tiempo del Profeta Zakariyya. Profeta Zakariyya fue un profeta de Dios. Él le ordenó a la gente a seguir la Ċhari^ahrevelada al Profeta Musa. En el Qur’an, hay dos surahs llamadas Al-^Imran y Maryam refiriéndose a Maryam, la madre de Jesús. En estas surahs son mencionados asuntos relacionados con Maryam, su nacimiento y su alto nivel y el nacimiento de su hijo, el Profeta Jesús.
La madre de Maryam engendró y dió a luz a Maryam cuando tenía una edad avanzada, una edad en que usualmente la mujer ya no puede tener mas hijos. Un día, cuando la madre de Maryam vio a un pájaro alimentando a su crío deseó tener un hijo. Ella le hizo suplica a Dios que la bendijera con un hijo e hizo el voto de hacerlo un sirviente de la Casa Sagrada en Jerusalén, dedicado a adorar, porque ella tenía esperanza de tener un varón. Dios le concedió su súplica y la madre deMaryam concibió. Sin embargo, dio a luz a una niña. La nombró Maryam y le suplicó a Dios que la protegiera a ella y a su hija de lo malo.
Ya que el padre de Maryam había fallecido, el profeta Zakariyya (quien era el esposo de la hermana de Maryam) pasó a ser el tutor de Maryam. De él, Maryam aprendió la religión. Ella creció siendo una mujer musulmana honrada, pura y piadosa, adorando a Dios y esforzándose en ser obediente a Él. Antes de cumplir catorce (14) años de edad, Maryam era waliyyah(una mujer muy piadosa con un alto rango muy especial). Ella llegó a ser y es la mejor de las mujeres en el mundo. Es mencionado en el Qur’an que los ángeles dijeron que Dios escogió a Maryam y la prefirió sobre las otras mujeres del mundo (Al ^Imran, 42).
EL NACIMIENTO DE JESÚS
El gran sabio Ibn Ŷarir y otros sabios narraron que un día se le terminó el agua a Maryam. Ella le pidió a su primo Yusuf que la acompañara a traer agua. Él se negó, dijo que tenía agua suficiente para ese día. Entonces, Maryam fue a traer agua sola. Allí, encontró al ángel Ŷibril (Gabriel), a quien Dios había enviado en la forma de hombre. Pensando que era un ser humano quien podría hacerle daño, le pidió protección a Dios de el. Ŷibril le dijo: “Yo soy el Mensajero de tu Dios para ti. Yo fui enviado para darte un hijo piadoso que es libre de pecados.” Maryam le dijo: “¿Cómo podría yo tener un hijo? No tengo esposo, y no soy una adúltera o fornicante.” Ŷibril le dijo, “Crear un hijo sin padre es un asunto fácil para Dios. Dios lo hará para la gente una señal del Poder de Dios. Él lo enviará como una misericordia de Él y una dádiva para aquellos que lo sigan y crean en él. Crearlo es un asunto que Dios dispuso y destinó, entonces no será obstruido o cambiado.”
Ŷibril sopló el alma de Jesús en Maryam y el alma de Jesús entró en sus entrañas. Maryam gestó a Jesús, la paz sea con él. Hay diferencia en opinión acerca del término de su gestación. Algunos sabios dijeron que fue nueve meses, otros dicen ocho, y algunos dicen algo diferente. Sin embargo, cuando las señales del embarazo se hicieron aparentes en ella, su primo, Yusuf, el Carpintero, se perturbó, y no sabia como interpretar ese asunto. Él sabia que tan piadosa era ella, no podía acusarla de fornicación. Por otra parte, las señales del embarazo llamaban a atribuirle fornicación. Él decidió abrir el tema con ella. Él le preguntó, “¿Dime, las plantas crecerían sin semillas?, ¿Los árboles crecerían sin lluvia? ¿Habría un niño sin un hombre?” a todas estas preguntas Maryam dijo “Si.” Luego ella le preguntó, “¿Acaso no sabías que Dios hizo que las plantas emergieran sin semillas en el día que Él las creó? ¿Acaso no sabías que Dios creó los árboles la primera vez sin lluvia? ¿Acaso no sabías que Dios creó a Adam y Hawwa (Eva) sin un padre o una madre?” Yusuf sabía todas estas cosas y cuando ella respondió de esta forma, se sintió seguro de la inocencia de Maryam y de que esto era algo especial otorgado a ella por Dios.
Cuando las señales de su embarazo se hicieron aparentes, Maryam se fue lejos de su gente. Las punzadas del nacimiento la llevaron al tronco de una palmera seca. Por timidez a la gente, y temiendo que la acusarían de haber hecho un acto feo, deseó estar muerta y que ningún rasgo de ella fuera encontrado. Ŷibril le habló para confortarla. Él le dijo que Dios hizo un pequeño río correr debajo de ella del cual podría beber, y si sacudiera el tronco de la palmera seca próxima a ella, la palmera se tornaría verde. Luego dátiles jugosos caerían, de cuales comería y se nutriría. Ŷibril le dijo que cuando se enfrentara a su gente con su hijo y la interrogaran acerca de el, les expresara que ese día ella había hecho un voto (3) de no hablar con nadie por ese día. Ese día Maryam dio a luz a su hijo, Jesús, la paz sea con él. Cuarenta días más tarde ella lo cargó de regreso a su gente. La acusaron de haber fornicado. En respuesta, Maryam apuntó a su hijo, expresándoles que hablaran con él. Ellos se enfadaron con esto y pensaron que ella se estaba burlando de ellos por decirles que hablaran con un bebé de cuarenta días de nacido, acostado en una pequeña cuna. A esto, Dios hizo que Jesús hablara. Jesús dijo:
Cuales son los versos 30-33 de Surat Maryam y estos significan: [Yo soy el esclavo de Dios. Él me revelará el Libro y me hará un profeta. Él me bendijo dondequiera que yo esté. En las reglas reveladas a mi habrá atención especial dada a los rezos y a la Zakah. Dios ha predestinado que seré bondadoso con mi madre y no un tirano con un mal fin. La paz estuvo conmigo el día que nací. La paz estará conmigo el día de mi muerte y en el día que sea resucitado.]
Cuando la gente de Maryam escucho esto, se abstuvieron de hacerle daño a ella o al Profeta Zakariyya, a quien le habían hecho horribles acusaciones. Después de que el niño Jesús habló estas palabras no habló otra vez hasta que alcanzó la edad cuando normalmente los niños hablan. Que Jesús hablara cuando estaba en su cuna fue una preparación y una señal de su credo y de la venida de su profecía, cuando él llamaría a la gente a creer en Dios, El que no tiene un socio, y a creer en el mensaje de que Jesús era el esclavo y mensajero de Dios. Las primeras palabras que el dijo fueron, “Yo soy el esclavo de Dios.”
LA TEMPRANA EDAD DE JESÚS
Maryam llevó a Jesús a Egipto donde permanecieron por un tiempo. Después, regresaron a los países de aċh-Ċham a una ciudad conocida como an-Nasirah (Nazareth). Jesús, estudio el Tawrah (Tora) en las escuelas y lo memorizó. El habló el idioma Siríaco, el idioma de la gente de Palestina en aquel tiempo, y el idioma en cual el Libro Divino, llamado el Inŷil, le fue revelado a él. Él era un piadoso adorador de Dios, siguiendo las reglas del Tora revelado al Profeta Musa.
LA PROFECÍA DE JESÚS
Dios le dio a Jesús la profecía cuando tenía treinta años de edad. Dios le reveló nuevas leyes que abrogaron algunas de las leyes reveladas al Profeta Musa. El profeta Jesús transmitió la revelación a la gente y la llamó a creer en su mensaje. El profeta Jesús como todos los profetas de Dios, hizo milagros. Dios envió a todos los profetas con milagros (4) como pruebas de sus profecías. La gente testificaría los milagros y creería en sus profecías. Muchos de los milagros del Profeta Jesús fueron curar enfermedades, para que fuera una evidencia más fuerte de su veracidad ya que la gente de su tiempo era famosa por sus conocimientos en el área de la medicina. El Profeta Jesús curó a aquellos con enfermedades aparentemente incurables. Jesús curó a un hombre infligido con lepra. Él puso su honorable mano en la cara de un hombre que nació ciego y curó su ceguera. Una vez, el profeta Jesús le suplicó a Dios que le regresara la vida a una persona que había muerto y era cargada hacia el lugar de entierro, y Dios le regresó la vida a esa persona.
El profeta Jesús también tuvo otra clase de milagros. Él formó con barro las figuras de murciélagos y, por la Voluntad de Dios, volaron una distancia. Uno de los milagros de Jesús es mencionado en el Qur’an en Surat al-Ma’idah, Versículos 112-115
*إذ قال الحَوَارِيَّونَ يعيس ابنَ مريَمَ هل يستَطِيعُ ربُّكَ أن يُنَزِّل علينا مآئدة من السماء قال اتقوا الله إن كنتم مؤمنين*قالُواْ نُرِيدُ أن نَّأكُلَ مِنهَا و تطمئن قلوبنا و نعلم أن قد صدقتنا و نكون عليها من الشهدين*قال عيسى ابنُ مريم اللهم ربنا أنزل علينا مائدة من السماء تكون لنا عيدا لأولنا و ءاخرنا و ءاية منك و ارزقنا و أنت خير الرازقين* قال الله إني منزلها عليكم فمن يكفر بعد منكم فإني أعذبه عذابا لا أعذبه أحدا من العلمين*
Los cuales mencionan una vez que el Profeta Jesús y la gente que estaba con él llegaron a un lugar donde no había suficiente comida para toda la gente que estaba con él. Los estudiantes de Jesús le pidieron que le suplicara a Dios por comida que descendiera a ellos del cielo. Jesús le suplicó a Dios y los ángeles bajaron la comida en una pieza de tela enfrente de los ojos de la gente. Cientos y cientos de gente comieron de esa comida, y no había señal de que la comida hubiera disminuido en cantidad. Este milagro incrementó la creencia de los creyentes. Los blasfemadores, sin embargo, reclamaron que Jesús había hecho brujería ante los ojos de ellos.
Después de su revelación, el Profeta Jesús vivió en la tierra alrededor de tres años. Él viajaba de lugar a lugar llamando a la gente a adorar apropiadamente a Dios. Él era muy despegado de las cosas mundanas, no le preocupaba no tener una casa a donde regresar de noche. Él dormía donde cayera la noche, fuera en un lugar descubierto o en un lugar protegido. Él vestía ropa hecha de lana sin tejer. Él comía de las plantas crudas de la tierra, sin desear cocinarlas. Él no se caso y no tuvo hijos.
EL INŶIL
El profeta Jesús recibió un Libro Divino, el Inŷil, el cual contenía la Ċhari^ah, (reglas de la religión) reveladas a él. En este estaba la prohibición de asociarle socios a Dios. También estaba la prohibición de consumir la ganancia usuraria (riba), carne de cerdo, sangre, y la carne de animales degollados incorrectamente. Contenía la orden de Rezar (con inclinación y postración) dos veces al día. Tenía la orden de ayunar (pero un mes diferente a Ramadan), y la orden de hacer tahara(purificación). El Profeta Jesús vino con una Ċhari^ah que hizo permisible algunas de las cosas que habían sido prohibidas a los hijos de Israel en el Tora. Aunque lo que ahora llaman “La Biblia” contiene algunas historias verdaderas y supuestos dichos del Profeta Jesús, no contiene el Inŷil verdadero que le fue revelado a él.
LA ASCENSIÓN DEL PROFETA JESÚS
Cuando el Profeta Jesús tenía 33 años de edad, los blasfemadores de los descendientes de Israel planearon matarlo, pero Dios lo salvo de su daño. Ibn Abi Hatim y an-Nasa’iyy narraron de la ruta de Ibn ^Abbas que dijo:
El Profeta Jesús estaba en sesión con doce de sus mejores acompañantes en una casa. Él les dijo que algunos de ellos blasfemarían en el futuro. Luego les pregunto, “¿Quien de ustedes se hace voluntario para parecerse a mi, ser matado en mi lugar, y ser mi acompañante en el paraíso?” El más joven de ellos se puso de pie y dijo: “Yo.” El Profeta Jesús le dijo que se sentara, luego repitió su misma pregunta. Otra vez, el mismo hombre joven dijo, “Yo.” Otra vez, Profeta Jesús le dijo que se sentara, luego pregunto la misma pregunta. Después de que el mismo hombre joven se ofreciera por tercera vez, el Profeta Jesús le dijo <<tu eres el elegido>>. El Profeta Jesús fue ascendido al cielo por una abertura del techo de la casa. Cuando los judíos vinieron por el Profeta Jesús vieron al hombre joven, quien Dios hizo que su apariencia fuera similar a la del Profeta Jesús, se lo llevaron pensando que el era el Profeta Jesús y lo crucificaron.
Debe ser notado aquí que hay dos historias falsas divulgadas acerca de este asunto. En una, es dicho que uno de los estudiantes del Profeta Jesús fue pagado una gran suma de dinero para que guiara a aquellos judíos hacia el Profeta Jesús. Sin embargo Dios hizo que este estudiante se pareciera al Profeta Jesús y lo crucificaron. En otra, es dicho que quien fue asesinado en lugar del Profeta Jesús era el líder de los judíos. Ambas historias son falsas.
Después de que el Profeta Jesús fuera ascendido al cielo, su nación vivió siguiendo su guía, enseñanza, y metodología por doscientos (200) años. Sin embargo, la nación del Profeta Jesús no permaneció firme al Islam. Mucha gente que dijo seguir las reglas del Profeta Jesús pervirtió aquellas reglas y cambio los dichos del Inĵil. Trescientos (300) años después de que el Profeta Jesús fuera ascendido al cielo, aquellos que eran seguidores de los que habían pervertido las enseñanzas del Profeta Jesús se hicieron muy numerosos, y aquellos que eran verdaderos seguidores de la religión de Islam eran pocos y débiles. Después de unos quinientos años (500) no había quedado ninguno de los musulmanes creyentes de la nación del Profeta Jesús. Cuando el Profeta Muhammad, salalahu ^alayhi wa salam, empezó a recibir la Revelación, él era el único musulmán viviendo entre la gente de la tierra, adorando solamente a Dios.
EL DESCENSO DEL PROFETA JESÚS A LA TIERRA
El Profeta Jesús, que la paz sea con él, todavía esta vivo—en el segundo cielo—adorando a Dios. Él descenderá a la tierra antes del día del juicio y su descenso será una de las grandes señales del acercamiento de ese día. El Profeta Muhammad,salalahu ^alayhi wa salam, nos informó que el Profeta Jesús, descenderá a la tierra en un lugar en el este de Damasco, con sus manos apoyadas en las alas de dos ángeles. Él se reunirá con un grupo de musulmanes preparándose para rezar con el Mahdiyy como su Imam. El Mahdiyy le pedirá al Profeta Jesús que los guíe en ese rezo. Sin embargo, El Profeta Jesús le pedirá al Mahdiyy que él sea el imam de ellos—como una señal de que el Profeta Jesús gobernará con las reglas reveladas al Profeta Muhammad, salalahu ^alayhi wa salam. Después de esta vez, el Profeta Jesús, guiará a la gente en rezos porque el tiene un nivel mas alto que el Mahdiyy.
Después de que descienda, el Profeta Jesús gobernará en la tierra con la Ċhari^ah del Profeta Muhammad, la Ċhari^ah que los musulmanes tienen la orden de seguir hasta el día del juicio. El matará el Daŷŷal, un blasfemador horrible que dice ser Dios, y que engaña a mucha gente para que caigan en la blasfemia. El Profeta Jesús, hará Haŷŷ y viajará a visitar la tumba del Profeta Muhammad, salalahu ^alayhi wa salam, para saludarlo. Lo saludará diciendo, “As-Salamu^alaykum ya Rasul-Alah”, como es narrado por Abu Dawud at-Tayalisiyy y otros. Esto significa: “la paz sea contigo, O Mensajero de Dios.”
La gente de Ya’ŷuŷ y Ma’ŷuŷ aparecerá durante su tiempo y causará gran destrucción en la tierra y devastación a los musulmanes. El Profeta Jesús, llevará a los creyentes al Monte at-Tur donde le suplicarán a Dios que los libere de esa gente. Dios aceptará sus suplicas y destruirá toda la gente de Ya’ŷuŷ y Ma’ŷuŷŷ. Después de eso, el Profeta Jesús,gobernará a los musulmanes y habrá un tiempo cuando la paz, la comodidad, y la seguridad prevalecerán.
Después de su descenso el Profeta Jesús, vivirá en la tierra por cuarenta (40) años. Se casará y tendrá hijos. Después, morirá y será enterrado. ^Abdulah Ibn Salam dijo, “Esta escrito en el Tora original que el Profeta Jesús, será enterrado junto al Profeta Muhammad, salalahu ^alayhi wa salam” (En el aposento de ^A’iċhah).
CONCLUSIÓN
El Profeta Jesús fue un mensajero de Dios. A él le fue revelado transmitir a la gente la religión del Islam y a llamar a adorar a Dios, su Creador. Los musulmanes creen en su profecía y en su veracidad en la transmisión de aquel mensaje. El Profeta Jesús todavía esta vivo en el segundo cielo, adorando a Dios. Él regresará a la tierra antes del día del juicio y gobernará a los musulmanes con la Ċhari^ah del Profeta Muhammad, salalahu ^alayhi wa salam. La paz sea con este respetado, honrado y amado Mensajero de Dios.
Alabado sea Dios


  1. ^Ulul-^azm son los mensajeros de Dios que tienen el rango más alto. En orden son: Profeta Muhammad, Profeta Ibrahim, Profeta Musa, Profeta Jesús, y Profeta Nuh عليهم الصلاة و السلام.
  2. Israel fue otro nombre dado al Profeta Ya^qub (Jacobo), quien fue hijo de Ishaq (Isaac), el hijo de Ibrahim (Abraham). Israel significa << el esclavo honrado>>.
  3. Aunque este no es mas el caso, en las reglas reveladas al los profetas anteriores a nuestro Profeta Muhammad, era un acto de adoración aceptable jurar y abstenerse de hablar por algún periodo de tiempo.
  4. Un milagro es un evento extraordinario hecho por un hombre que reclama profecía, el cual nadie puede imitar o igualar para desacreditar al profeta, y cual apoya su reclamo de profecía.

 
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