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martes, 28 de enero de 2014

El Concepto de Los Profetas en el Islam


El Dios Misericordioso y Amante ha enviado multitud de profetas en épocas diferentes de la historia. Todas las naciones conocidas han tenido uno o varios profetas de Dios fueron hombres de buen carácter y elevado honor. Fueron preparados y elegidos por Dios para entregar Su Mensaje a la humanidad. Su honradez y veracidad, su inteligencia e integridad, están fuera de toda duda. Fueron infalibles por cuanto no cometieron pecados ni violaron la Ley de Dios; aunque, como mortales pudieron incurrir en errores no intencionados, en algunos asuntos y decisiones humanas. Su criterio privado no fue siempre necesariamente acertado.
El envío de estos profetas por Dios constituye una clara manifestación del fuerte nexo existente entre el Cielo y la Tierra, entre Dios y el hombre, significa que el hombre puede reformarse y que tiene mucho de bueno dentro de sí. La finalidad del mensaje profético radica en confirmar lo que el hombre ya conoce o puede conocer, y en enseñarle lo que no conoce o no puede conocer por sus propios medios. Consiste, así mismo, en ayudar al hombre a encontrar el camino recto de Dios, en hacer el bien y rehuir el mal. Los profetas representan una elocuente expresión del amor de Dios por Sus Criaturas, y Su Voluntad de conducirlas por el sendero de la creencia y et comportamiento acertados.
Es una manera de subrayar Su Justicia hacia el hombre, porque previamente le muestra su orientación auténtica, haciéndole, después responsable de sus actos. Advierte al hombre, a través de Sus Profetas, que si su obcecación le impide advertir los peligros de sus malas acciones, su comportamiento se hace objeto de castigo. Todo ello se halla en completo acuerdo con el amor y la justicia de Dios, y con el valor y la capacidad del hombre como responsable ante su Señor.
Tanto el origen como la protección del Mensaje Profético proceden de la fuente del Uno y el Mismo: es Dios. Su objetivo es el de servir a Dios, poner al hombre en conocimiento de Dios y de Sus Divinas Esperanzas, establecer la verdad y la bondad, ayudar al hombre a realizar el auténtico objetivo de su existencia; esto es, a dirigir su vida con una finalidad determinada. Es, en base a esto, por lo que los musulmanes no hacen ningún tipo de discriminación entre los profetas y aceptan sus enseñanzas como consistentes y complementarias. Y es, por esta razón, por la que los musulmanes creen en todos los Libros Sagrados y aceptan a todos los profetas de Dios, como ya se ha mencionado.

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