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lunes, 27 de enero de 2014

Los vientos en el Islam

De los vientos y de cómo las diferentes civilizaciones han nombrado, interpretado y calificado a cada uno de ellos.

 

Dentro de los distintos tipos de vientos, hay cuatro, que sirven para determinar la alquibla. Esos cuatro vientos se denominan “Viento del Norte”, “Viento del Sur”, “Viento del Este” y “Viento del Oeste”. A cada uno de estos vientos se le llama de distinta manera según su forma de soplar.
Para poder comprenderlos correctamente, a continuación voy a definirlos.
Viento del Sur
El “Viento del Sur” sopla desde la salida del Suhayl hasta la puesta del Sol en verano. Dentro de sus características he de resaltar que cuando sopla su fuerza está en las alturas y el aire se hace más pesado porque densa las nubes y agita las ramas de los árboles y las crestas de los mares.
Con la ayuda del “Viento del Sur”, se concibe la creación del caballo árabe.
Dijo Dios: “alabado y ensalzado seas, hemos enviado los vientos fecundantes”. (Cor. 15, 22)
Cuando Dios quiso crear al caballo le dijo al “Viento del Sur”: “voy a crear a partir de ti una criatura que será la gloria de mis seguidores, la ruina de mis enemigos y el adorno de los que me obedecen”.
Luego creó al caballo y le dijo: “te llamo caballo y te hago de raza árabe; a tus crines anudo el bien y se conseguirán botines cabalgando sobre tu lomo, y la honra estará contigo donde quiera que estés, y te hago señor de los animales, y te he concedido la querencia del corazón de tu dueño, y te he permitido que vueles sin alas; sirves para perseguir y para huir; sobre tu lomo montaré a unos hombres que me glorificarán, alabarán y aclamarán y me serán fieles; glorifícame cuando me glorifiquen, alábame cuando me alaben y aclámame cuando me aclamen.
Viento del Norte
El “Viento del Norte”, recibe el nombre de “Mahwa”, (el que borra), ya que despedaza las nubes y las disipa. También recibe el nombre de “Barih” porque azota al orante por el Norte y se dice de él, que es de mal augurio si te llega por tu izquierda y de buen augurio si te llega por la derecha.
Para caracterizar un poco este viento podemos decir que su frío en invierno es más intenso que su fuerza, produce una frialdad intensa cuando el día está amaneciendo y el sol saliendo. A la salida de sol desaparece, y en el verano produce un muy fuerte simún.
Viento del Oeste
El “Viento del Oeste”, sopla desde la puesta de sol en verano, hasta la salida de Banat Na´s.
Como características de este viento puedo decir que su fuerza es mayor en el suelo que en el aire, cuando sopla revuelve el polvo y devasta la tierra. Cuando revuelve el polvo con más fuerza es cuando está algo desviado. Su fuerza esta en el suelo, y Dios sabe por qué permite que el viento destruya, pues Dios es quien lo ha enviado, haciendo que penetre en los pozos y les arroje piedras, destruyéndolos hasta que los ciega.
Viento del Este
También conocido como “Qabul”, el que llega de frente. Una de sus características es que tiene una brisa y un oreo. Este viento sopla entre el Oriente del invierno y la salida del Suhayl Otra característica a reseñar es la intensidad de su frío, aún mayor que su soplo. También se dice del “Viento del Este”, que cuando sopla sobre un corazón entristecido, disipa sus penas.
Algo más sobre los vientos
El Corán y la tradición islámica del hadiz fueron las que animaron al hombre para que observara la naturaleza, el cielo, los astros, y poder así llegar a comprender lo que era la obra de Dios.
Los vientos también habían sido creados por Dios y se les consideraban fuerzas vivas con rasgos característicos. Normalmente, los vientos eran considerados como algo beneficioso, ya que traían las lluvias. Los vientos del Paraíso, eran fecundantes. A pesar de todo esto, también eran considerados como elementos malignos, ya que había vientos que destruían todo lo que se encontraban por su camino y además provocaban la muerte por donde pasaban.
Como ya expliqué anteriormente, el soplo de los cuatro vientos principales sirven para determinar la alquibla, pero el régimen de los vientos es distinto en cada región y hasta en cada localidad, por eso, el orante debía mirar en una u otra dirección dependiendo de donde soplara el viento y en el lugar y momento en el que el dicho orante se encontrara.
Se dice que la gente de Tabaristán, construye los tejados de las casas con una determinada inclinación para evitar que el “Viento del Sur”, los arranque; y además, se cuenta también, que cuando este viento azota sobre un edificio que haya sido construido en invierno, en una temporada húmeda, éste acaba por ablandarlo.
Se sabe que hay edificaciones antiguas en la que su construcción dependió de los astros y los vientos. Un claro ejemplo de este tipo de construcciones es el “Faro de Alejandría”. Se sabe que tenía en su interior, en los ángulos, muchas habitaciones, por las que circulaba el viento, aunque en realidad, debió ser un sistema de ventilación para las cámaras del Faro, en cuya construcción y orientación, debió tenerse en cuenta la dirección del soplo de los vientos.
De gran tradición data el uso de los astros y los vientos en cuanto a llevar a cabo las prácticas agrícolas.
Aún hoy en día perduran algunas tradiciones relacionadas con la agricultura; y podemos ver como hay comunidades agrícolas en Asia Menor que aún observan los signos del cielo y el soplo de los vientos, que a falta a veces de medios tecnológicos modernos, les sirven para saber cuando tienen que sembrar, cuando tienen que labrar, segar..... Un ejemplo de esto es la siembra del trigo, que se realiza en cuarto creciente lunar, y se aventará al alba o al ponerse el sol, que es cuando soplan los vientos adecuados.
Cuando hablamos de los vientos no nos podemos olvidar del cielo y con ello de los astros. Podemos ver en el cielo algunos “signos beneficiosos” que indican los momentos favorables en que se puede plantar o sembrar, como pueden ser la posición de la luna en la decimocuarta mansión zodiacal, en los “Signos de Agua” como son Cáncer, Escorpio y Piscis o en los de “Aire” como son Géminis, Libra y Acuario. Viendo esto podemos decir que a la hora de una actividad agrícola están ligados el cielo y los vientos. Van inseparablemente unidos a la agricultura al igual que el hombre con la comunicación. Haciendo esta reflexión podemos argumentar que, por ejemplo, según aparezca la luna, si clara o brillante, en determinado momento del mes, es indicio de buen tiempo o de lluvia; así pues, también las distintas tonalidades de los cercos que se detectan tanto en el sol como en la luna, y las “exhalaciones” de las estrellas en una u otra dirección en el cielo traerán fuertes vientos y lluvias abundantes.
En la antigüedad, los vientos fueron entendidos como fenómenos que ayudaban a las lluvias ya que estos son los que mueven las nubes y provocan las descargas de agua.
En las obras agrícolas, las tierras también están orientadas hacia un sitio o hacia otro, dependiendo del tipo de cultivo, por ejemplo la lechuga, se planta orientada hacia el levante; pero lo que hay que tener muy en cuenta es que, en todos los casos, los terrenos deben de estar abrigados del viento.
Son también los vientos de primordial relevancia para la navegación.
El Mediterráneo es un mar en el que los vientos que predominan son los locales y, con excepción de los etesios, que soplan en el Mediterráneo Oriental, no existe un régimen de grandes vientos regulares que favorezcan la navegación.
Ibn Yubayr , ofrece un escueto calendario de los vientos del Mediterráneo Oriental: “el “Viento del Este” suele soplar en primavera y en otoño, y el resto del año los vientos que soplan son variables, pero predomina el del Oeste”.
Las temporadas del año que se recomiendan para poder navegar son, justamente, las temporadas en las que sopla el “Viento del Este”, es decir, en primavera desde mediados de Abril hasta finales de Mayo y en otoño desde mediados de Octubre, pero en esta temporada los viajes no exceden de quince días.
Las causas de que se suspendiera el tráfico marítimo en invierno no eran otras que la dureza de las tempestades debido a la fuerza de los vientos y las lluvias invernales, y a las densas masas nubosas que ocultaban el sol y las estrellas durante días y noches.
Pero lo principal era que la velocidad que llevase la nave dependería de la existencia, fuerza y dirección del viento. Los árabes, a diferencia de los romanos y griegos, usaban naves con velas triangulares ya que facilitaba la navegación a bolino.
En definitiva, lo que sacamos en conclusión de la navegación es que, para salir a navegar a alta mar, hay que conocer muy bien cada época marítima y con ello los vientos que soplan en cada zona, sabiéndonos orientar por la posición del sol y las estrellas.
Referencias en el Corán
En el presente apartado reflejo algunas azoras tomadas del Corán referidas a los vientos. Como, por ejemplo, puede ser la número dos aleya ciento setenta y cuatro: “En la creación de los cielos y de la tierra, en la sucesión de la noche y el día, en la nave que surca el mar para provecho de los hombres, en el agua que Dios hace bajar del cielo, vivificando con ella la tierra después de muerta, diseminando con ello toda clase de bestias, en la variación de los vientos, en las nubes, sujetas al servicio entre en cielo y la tierra, hay ciertamente signos para los que razonan”.
Esta azora, se está refiriendo al momento de la creación de la tierra, en la que los vientos tuvieron mucho que ver, ya que estos agitaron las aguas para que la espuma se solidificase y se creara la tierra.
Otra azora, en la que para mi opinión, da otra interpretación del viento es la catorce oleya dieciocho: “Las obras de quienes no creen en su señor son como cenizas azotadas por el viento en un día de tormenta”. Aquí interpreto que el viento es algo que se lleva los males, borra la suciedad, es algo capaz de limpiar, aunque también es capaz de castigar.
Otra interpretación de los vientos que podemos hacer en sentido coránico es la del alma de Dios. Digo lo del alma de Dios porque cuando Dios creó al hombre, lo creó del barro y luego le insufló su alma, con lo cual el viento que le insufló al hombre era su alma.
Así podemos observar, como según la azora, según el tema, el viento puede ser interpretado de muy diversas maneras. 

Como referencia de los distintos nombres de vientos que utilizan los árabes he hecho una transcripción literal que reflejo a continuación:
EL PACIENTE INGLÉS
(Los Vientos)
En el sur de Marruecos hay un viento a forma de torbellino, el aajej, contra el que los fellahin se defienden con cuchillos. Otro es el áfrico, que a veces ha llegado hasta la ciudad de Roma. El alm, viento otoñal, procede de Yugoslavia. El arifi, también llamado aref o rifi, abrasa con numerosas lenguas. Ésos son vientos permanentes, que viven en el presente.
Hay otros menos constantes, que cambian de dirección, pueden derribar a un caballo y su jinete y se reorientan en sentido contrario al de las agujas del reloj. El bist roz azota el Afganistán durante ciento setenta días… y entierra aldeas enteras. Otro es el caliente y seco ghibli, procedente de Túnez, que da vueltas y más vueltas y ataca el sistema nervioso. El haboob, es una repentina tormenta de polvo procedente del Sudán que se adorna con brillantes cortinas doradas de mil metros de altura y va seguida de lluvia. El harmattan sopla y después se pierde en el Atlántico. Imbat es una brisa marina del África septentrional. Algunos vientos se limitan a suspirar hacia el cielo. Hay tormentas nocturnas de polvo que llegan con el frío. El jamsin, bautizado con la palabra árabe que significa <>, porque sopla durante cincuenta días, es un polvo que se levanta en Egipto de marzo a mayo: la novena plaga de Egipto. El datoo procede de Gibraltar y va acompañado de fragancias.
Otro es el-----, viento secreto del desierto, cuyo nombre suprimió un rey después de que su hijo muriera arrastrado por él. El nafhat es una ráfaga procedente de Arabia.
Conclusión
Una vez estudiado y profundizado en el tema, me he dado cuenta de la importancia que tienen los vientos en nuestra vida, cosa en la que antes de realizar el trabajo nunca había reparado. Me he dado cuenta de la cantidad de tipos de vientos que hay, de los cuales casi no conocía ninguno si exceptuamos el “Cierzo” y el “Levante”, antes simplemente pensaba que era viento sin preocuparme de más.
Pienso que cuando dicen que Africa es un continente subdesarrollado no saben bien de lo que están hablando. Aunque en la mayoría de los casos no tengan capacidad para invertir y su nivel de vida no se pueda comparar con el nuestro, creo que esto lejos de ser un problema insoluble para ellos, les ha hecho ser más fuertes mentalmente, aprovechando lo que les da la naturaleza, aplicándose en su conocimiento y sobrepasando a muchos del primer mundo. En referencia al tema de este trabajo sobre los vientos sólo decir que son indispensables para la vida y que aún queda bastante para saber y controlar su funcionamien
BIBLIOGRAFÍA
Ingrid Bejarano “Al-Andalus y el Mediterráneo”. Ed: Sierra Nevada 95. Lunwerg Editores S.A. Pag. 259-275.
Dr. Juan Vernet “EL Corán”. Ed. Plaza y Janes Editores, S.A. Junio, 1995 Barcelona.
Ingrid Bejarano “Consejo Superior de Investigaciones Científicas”. Instituto de Cooperación con el Mundo Árabe. Madrid 1991.

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