Bajo el término "Hadiz" (lit.: relato, referencia; que simplificaremos hadiz, hadices, o incluso "tradición", tradiciones") se designa a toda narración o relato referido al Profeta (BP), directa o indirectamente, sobre lo que éste dijo (recomendando, ordenando, prohibiendo), enseñó, o simplemente se vio que solía hacer aunque no lo recomendara específicamente a sus seguidores. Hay incluso hadices en los cuales se narra simplemente que el Profeta (BP) aprobó tácitamente cierta conducta en otros, y en consecuencia tal conducta se vuelve vinculante para los musulmanes. Hay una categoría especial de hadices en los cuales el Profeta (BP) refiere palabras de su Señor, que le fueron inspiradas de manera diversa a la revelación del Sagrado Corán, y que no forman parte de este último; se los llama hadiz qudsi (hadiz sagrado, tradición sagrada), y tienen una importancia especial.
El concepto de hadiz y de Sunnah se extiende incluso a veces a la práctica y opiniones de los Compañeros del Profeta (BP), entendiendo que lo que éstos hicieron o dijeron lo aprendieron del Mensajero de Allah aunque no lo dijeran explícitamente.
Que los musulmanes deben seguir la guía, la enseñanza, las indicaciones y, en suma, el ejemplo del Profeta (BP), es algo que atestigua la misma Revelación en numerosos versículos:
Tenéis en el Mensajero de Allah un bello y perfecto ejemplo, para quien deposita su esperanza en Allah y en el Día Final, y recuerda a Allah frecuentemente. (33:21) (3)
Lo que os trae el Mensajero, tomadlo, y aquello que os prohíbe, apartaos de ello. (59:7)
No se ha extraviado vuestro compañero (el Profeta), ni se descarría, ni habla movido por su propio impulso. (53:2-3)
Dí (OH Profeta): “Sólo sigo lo que proveniente de mi Señor se me inspira”. (7:203)
Claramente la misión del Profeta no se circunscribió a la transmisión de la Revelación , el Sagrado Corán, sino que le correspondía su implementación y puesta en práctica. El tuvo la responsabilidad de explicar el propósito verdadero de las enseñanzas del Corán y darles una forma tangible para que la humanidad pudiera ver, junto con los mandatos de Allah, el proceso de su transformación en realidad y las formas externas en las que se deben cristalizar, ya que las Palabras solas, no importa cuán poderosas y agudas sean, no pueden ser comprendidas completamente a menos que susciten en nuestras mentes formas definidas. Análogamente los preceptos, por más valiosos que sean, solo pueden ser bien comprendidos cuando están apoyados por ejemplos vivientes. Sin duda es un favor sin límite de Allah a la humanidad el hecho de que, junto con Su Mensaje, El nos enviara a Sus Mensajeros. Recitar la revelación del Señor, Purificar las almas de la gente, enseñar el Libro de Allah y la sabiduría que hay en él son diferentes aspectos de la misión del Profeta (BP) que el Corán expresa claramente:
El (Allah) es quien suscitó entre los gentiles un mensajero (el Profeta Muhammad), de entre ellos mismos, para que les recite Sus versículos, les purifique y les enseñe la Escritura y la sabiduría. (62:2).
La influencia de la Sunnah o tradición Profética en la cultura islámica es inmensa, y solo puede evaluarse con un estudio profundo de la misma. Digamos para dar una simple idea de su magnitud que la Sunnah es fuente del derecho islámico (sharî‘ah) junto al Sagrado Corán, y que por eso solo tiene una injerencia profunda en el modo de vida y el pensamiento de los pueblos musulmanes. Y su acción es más profunda aún: multitud de simples costumbres cotidianas (desde la forma de vestirse y asearse, hasta el trato general con los demás, pasando por infinidad de otras cuestiones), son ejecutadas aún hoy por los musulmanes siguiendo el modelo profético. Y esto para no mencionar su incidencia sobre otros muchos aspectos de la cultura islámica: su arte, su mística, su literatura, etc.
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