El regocijo del creyente al encontrarse con su Señor
Cuando los Ángeles del Misericordioso se presentan ante el creyente dándole las buenas nuevas provenientes de Allâh, la alegría y felicidad de éste son evidentes. Pero en el caso del incrédulo y el musulmán pecador, el desespero, la angustia, el dolor, el pesar y el agotamiento son lo evidente. Así, cuando el creyente está muriendo desea con todo su corazón encontrarse con Allâh; en cambio el incrédulo y el pecador odia ese encuentro.Anas Ibn Mâlik narró de ‘Ubâdah Ibn As Sâmit que el Profeta dijo: "Quien ama encontrarse con Allâh, Allâh ama encontrárselo, y quien odia encontrarse con Allâh, Allâh odia encontrárselo". Entonces, ‘Â'ishah u otra de sus esposas le dijo: "Pero todos odiamos la muerte". Y él respondió: "Eso no es a lo que me refiero, sino que cuando el creyente está por morir le son dadas las buenas nuevas de haber complacido a Allâh y de gozar de Su misericordia, así que no existe nada que le sea más querido que lo que le espera. Entonces, el ama encontrarse con Allâh y Allâh ama encontrárselo. Pero cuando el incrédulo está muriendo, le son dadas las noticias acerca del castigo y el tormento de Allâh, por eso no existe nada más odiado para él que lo que le espera. Entonces, él odia encontrarse con Allâh y Allâh odia encontrárselo."[1]
Por esto el creyente que practica buenas obras le pide a la gente que carga su cadáver (en su funeral) que lo lleven a su tumba lo más pronto posible, pues éste anhela las bendiciones que le esperan. En cambio, el pecador grita desesperadamente tratando de escapar de la suerte que le aguarda. En Sahîh Al Bujâri y en Sunan An Nasâ'i se narra que Abû Sa‘îd Al Judrî dijo: "El Mensajero de Allâh dijo: ‘Mientras está siendo cargado (hacia su tumba), el difunto si fue de los justos dice: ¡Llevadme deprisa!, pero si fue un pecador dice: ¡Ay de mí! ¿Hacia dónde me lleváis? Toda criatura escucha su voz excepto el ser humano, y si éste pudiera hacerlo caería inconsciente."[2]
[1] Narrado por Al Bujâri en su Sahîh, en el capítulo del Riqâq, bajo Bâb man ahabba liqa' Allâh ahabba Allâh liqâ'ahu. Ver Fath Al Bâri', 11/357.
[2] Narrado por Al Bujâri, en el capítulo del Yanâ'iz, Qaul al maiit ua hua ‘alal yanâzah: ¡Qaddimûni! Ver Fath Al Bâri', 3/184. También lo narró el An Nasâ'i en el capítulo delYanâ'iz, bajo Bâb as sur‘ah fi al yanâzah, 4/41
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