La presencia de Shaitân (Satanás) en el momento de la muerte
Cuando el momento de la muerte llega, Shaitân se encuentra al acecho intentando que la persona no se le escape. En Sahîh Muslim es narrado deYâbir Ibn ‘Abdullah que el Mensajero de Allâh dijo: "Shaitân se encuentra presente en todos vuestros asuntos. Está presente (acechando) hasta cuando coméis…". Algunos de los sabios han mencionado que durante esos momentos críticos (de la muerte), Shaitân se presenta ante la persona en la forma de su padre o madre, o de alguna otra persona querida la cual se preocupa sinceramente por él aconsejándole y llamándolo a seguir el judaísmo o el cristianismo o algún otro principio opuesto al Islam. Después de esto, aquellos a los que Allâh ha decretado la perdición se desvían (de la verdad).[1] A esto es a lo que se refiere el versículo coránico:
{¡Señor nuestro! No hagas que nuestros corazones se desvíen, después de habernos guiado. Concédenos Tu misericordia, Tú eres el Dadivoso.} (3:8)
‘Abdullah, el hijo del Imâm Ahmad Ibn Hanbal dijo: "Durante los últimos momentos (de vida) de mi padre, éste perdía y recuperaba su conciencia y hacia gestos con su mano diciendo: ¡No, no! Hizo esto varias veces, entonces le pregunté: ¡Oh, padre mío! ¿Qué pasa? Él respondió: Shaitânestaba parado cerca de mí exasperado y diciéndome: ¡Oh, Ahmad! No pude contigo.[2] Y yo le decía: ¡Aún no! ¡Aún no! Y repitió esto hasta que murió."[3]
Al Qurtubi dijo: "Yo oí a nuestro maestro, el Imâm Abû Al ‘Abbâs Ibn Ahmad ‘Umar Al Qurtubi, decir: Visité al hermano de nuestro Shaij Abû Ya‘far Al Qurtubi en Qurtubah (Córdoba), en sus últimos momentos. Uno de los presentes le decía: “Di: Lâ ilâha illa Allâh”[4] y el respondía: ¡No, no! Cuando recuperó la conciencia le mencionamos lo que había ocurrido y él dijo: Dos demonios vinieron a mí; uno a mi derecha y otro a mi izquierda. Uno de ellos me decía: Muere siendo un judío, pues es la mejor de las religiones, y el otro: Muere siendo cristiano, pues es la mejor de las religiones; y yo estaba diciéndoles: ¡No, no!…"[5]
Esta situación no es una constante, es decir no ocurre en todos los caso, tal y como lo dice Ibn Taimiiah. Algunas personas pueden ser tentadas a seguir otras religiones antes de su muerte, y otras pueden ser tentadas en otras formas. Esto le ha pasado a algunas personas. Todas estas formas de tentación son parte de las tribulaciones de la vida y la muerte, de las cuales nos fue ordenado pedir refugio en nuestras oraciones[6]. Ibn Taimiiah mencionó que Shaitân se esfuerza lo más que puede por desviar a la persona en el momento de su muerte, ya que se trata de un momento crítico. Para apoyar su opinión Ibn Taimiiah cita el Hadîz narrado en As Sahîh: “La última acción indica como fueron las obras del hombre."[7] El Profeta también dijo: "Una persona puede hacer (en esta vida) obras como las de la gente del Paraíso, hasta que cuando ya no queda entre él y el Paraíso sino centímetros[8] el destino decreta que haga una acción (que lo hace) de la gente del Infierno, y por ello entra en él. Así como una persona puede hacer (en esta vida) obras como las de la gente del Infierno, hasta que cuando ya no queda entre él y el Infierno sino centímetros el destino decreta que haga una acción (que lo hace) de la gente del Paraíso, y por ello entra en él." Y también fue narrado: "Shaitân se esfuerza lo más que puede para tentar al hijo de Adán en el momento de la muerte, y le dice a sus ayudantes: Tratad de engañarlo con esto, pues si se os escapa (es decir muere) no podréis engañarlo nunca más."[9]
[1] At Tadhkirah de Al Qurtubi, 33
[2] N.d.T.: Shaitân en su desespero y al ver que no conseguia desviarlo se lamentaba pensando que el Imâm Ahmad ya estaba a las puertas de la muerte y que éste se le habia escapado.
[3] At Tadhkirah de Al Qurtubi, 34
[4] El Profeta (B y P) aconsejó que las personas que se encuentran alrededor del agonizante le pidan que repita Lâ ilâha illa Allah
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