Narró Muslim que Abû Hurairah dijo: "Cuando el alma del creyente abandona su cuerpo es interceptada por dos Ángeles que la llevan hacia arriba".Hammâd[1] dijo: "(Abû Hurairah también) mencionó la fragancia del Misk (almizcle) que ésta tiene". Y dijo: "…y los habitantes del cielo dicen: Una alma buena ha llegado de la Tierra; que Allâh te bendiga y al cuerpo en el que moraste. Entonces ésta es elevada donde su Señor, y Él dice: "Llevadla a su destino final".
Abû Hurairah dijo: "Pero cuando el alma del Kâfir (incrédulo) abandona su cuerpo…" Hammâd dijo: "Y él (Abû Hurairah) mencionó su pestilencia, y las maldiciones que recaerán sobre ella".Y dijo: "… y los habitantes del cielo dicen: Una alma mala ha llegado de la Tierra. Y entonces será dicho: "Llevadla a su destino final".[2]
Según el Hadîz transmitido por Al Barâ', el Mensajero mencionó la manera en que el alma de la persona virtuosa será honrada después de que abandona el cuerpo y es transportada por los Ángeles: Los Ángeles piden las bendiciones para el alma justa, las puertas del cielo le son abiertas, es colocada en una mortaja del Paraíso con bálsamos perfumados del Paraíso también, cuya fragancia es superior a la del Misk. Los Ángeles la llevan en una sublime travesía de honor, y las puertas del cielo le son abiertas. En cuanto al alma perversa, los Ángeles del cielo la maldicen cuando ésta es traída. Las puertas del cielo son cerradas y los Ángeles del Misericordioso que están en ellas, piden para que no le sea permitido ascender a los elevados lugares donde ellos se encuentran. El alma perversa es colocada en una mortaja infernal con bálsamos nauseabundos del Infierno. Estos bálsamos producen una pestilencia indescriptible que ofende a los Ángeles del Misericordioso. El alma es llevada a los cielos, pero las puertas de los mismo no le son abiertas. Entonces su alma es arrojada desde esa altura.
En el Hadîz de Al Barâ' Ibn ‘Âzib, en el cual es descrita la travesía de la persona después de su muerte hacia el Barzaj, el Mensajero dijo: "…y cuando su alma es traída (a los cielos), cada Ángel entre la Tierra y los cielos pide la bendición de Allâh sobre ella. Las puertas del cielo son abiertas para él y no hay uno solo de sus guardianes que no pida a Allâh para que le sea permitido ascender hasta los lugares donde ellos están. Cuando él (el Ángel de la muerte) toma el alma (en el lugar del deceso), los Ángeles no la dejan en sus manos ni por un momento llevándola y colocándola en aquella mortaja y aquel bálsamo perfumado. [A esto es a lo que se refiere Allâh cuando dice: {Y entonces Nuestros enviados [los Ángeles de la muerte] se encargan de recoger vuestras almas y no olvidan nada [de lo que le hemos ordenado].} (6:61) La fragancia que ésta emite es como la del mejor Misk existente en la Tierra. Estos Ángeles son los que la elevan, y en su camino no hay grupo de Ángeles por el que pasen que no pregunte: "¿De quién es esta buena alma?" Los Ángeles (que la cargan) responden: "Se trata de tal y tal, el hijo de tal y tal"-llamándolo por los mejores nombres por los que era conocido en la Tierra. Cuando arriban al primer cielo piden que les sean abiertas las puertas y les son abiertas. Mientras se mueven de cielo en cielo hacia el séptimo, en cada uno de ellos los Ángeles más cercanos a Allâh caminan con el alma acompañándola y despidiéndola. Cuando alcanzan el séptimo cielo Allâh dice: "Registrad el libro de mi siervo en ‘Illiîn (el registro de las buenas acciones)". [Dice Allâh:] {¿Y qué te hará saber qué es el‘Illiiûn? Es el libro donde se registran las obras de los piadosos, y al que atestiguan los [Ángeles] allegados.} (83:19-21). Así los Ángeles colocan su libro en ‘Illiîn y entonces es dicho: "Devolvedlo a la Tierra, de la cual los creé, a ella les devolveré y de ella serán extraídos nuevamente [para su resurrección]…".
El Mensajero habló (también) acerca del alma perversa, la cual es arrancada del Kâfir o el (musulmán) pecador. El Profeta dijo que después de ser arrancada, "…cada Ángel entre la Tierra y los cielos y cada Ángel en el cielo la maldice. Las puertas del cielo se cierran, y no hay guardián de las mismas que no pida a Allâh que no le sea permitida la ascensión hacia los elevados aposentos donde éstos se encuentran. Cuando (el Ángel de la muerte) la toma, los Ángeles no la dejan en sus manos ni por un instante tomándola y colocándola en la arpillera. Un espantoso hedor emana del alma como el hedor de la más nauseabunda carne en descomposición que pudiera ser encontrada en la faz de la Tierra. Éstos la elevan (y en el camino) no hay grupo de Ángeles por los que pasan que no pregunte: ¿De quién es esta alma perversa? Y los Ángeles que la cargan les responden: ‘Se trata de tal y tal, el hijo de tal y tal’, llamándolo por los nombres más detestables por los que era llamado en la Tierra. Cuando llegan al primer cielo piden que se les abra pero no se les abre”. El Mensajero recitó (entonces) el versículo coránico: {A quienes hayan desmentido Nuestros signos y se hayan ensoberbecido no se les abrirán las puertas del cielo ni entrarán en el Paraíso hasta que un camello pase por el ojo de la aguja. Así castigamos a los pecadores.} (7:40)
"Allâh dice: ‘Registrad su libro en Siyyîn (el Registro de las malas acciones), en la tierra inferior’[3]. [Luego dice: ‘Retornad a Mi siervo a la tierra, pues les he prometido que así como de ella los creé, a ella les devolveré y de ella serán extraídos nuevamente.’ Entonces, la arrojan desde el cielo [y ésta retorna al cuerpo.] Luego él recita el siguiente versículo: {Quien atribuya copartícipes a Allâh es como quien se cae del cielo y lo arrastran las aves o el viento a un lugar lejano.} (22:31) Y su alma es retornada a su cuerpo[4].
Ibn Mâyah transmitió de Abû Hurairah que el Mensajero de Allâh dijo: "Los Ángeles se encuentran presentes durante la agonía de la persona. Si se trata de una persona virtuosa, ellos dicen: ‘Venid (a nosotros) ¡Oh, alma buena que estabas en un cuerpo bueno! Ven digna de admiración, y recibe las albricias de descanso y provisión, y sabe que tu Señor está complacido de ti.’ Éstos continúan diciendo esto hasta que el alma sale y entonces la elevan hacia el cielo. (Los Ángeles) piden que les sea abierta la puerta y entonces es preguntado: ¿Quién es éste? Ellos responden: ‘Es tal y tal.’ Entonces es dicho: ‘Bienvenida sea la buena alma que estaba en un buen cuerpo. Entra digna de admiración, y recibe las albricias de descanso y provisión, y sabe que tu Señor está complacido de ti.’ Ellos continúan diciendo esto hasta que llegan al cielo en el que se encuentra Allâh[5], alabado y exaltado sea. Pero si se trata de una mala persona, ellos dicen: ‘Venid ¡Oh, alma perversa que estabas en un maligno cuerpo! Ven digna de culpa y recibe las nuevas de un fluido hirviente y pus, y de otros tormentos similares, todos juntos.’[6] Ellos continúan diciendo esto hasta que ésta viene. La suben al cielo y piden que le sea abierta la puerta, entonces les es preguntado: ¿Quién es éste? Ellos responden: ‘Es tal y tal.’ Entonces es dicho: ‘No es bienvenida el alma perversa que estaba en un cuerpo perverso. ¡Regresa! ¡Digna de culpa!’ Las puertas no le son abiertas y es devuelta a la tierra, a su tumba…”[7]
[1] Hammâd es uno de los transmisores del Hadîz de Abû Hurairah, tal y como lo indicó Muslim.
[2] Sahîh Muslim, capítulo del Yannah, bajo Bâb ‘ard maq‘ad al maiit, 4/2202, Hadîz Núm. 2872
[3] N.d.T.: El libro de Siyyîn se encuentra en la séptima tierra que es la inferior (que se encuentra en lo más profundo), y en él están escritas las acciones de los demonios y de los incrédulos.
[4] Es un Hadîz Sahîh. Su fuente ha sido mencionada enla Pág.
[5] Esto no significa que el cielo contiene físicamente a Allah -exaltado sea, Él está por encima de todo esto-, sino que Allah esta encima de Sus cielos, distintamente de Su creación. Nada puede contener a Allah, Él está por encima de todas las cosas. El Hadîz dice: "…hasta el cielo en el que se encuentra Allah…" En árabe: "…allati fiha Allahu ta‘âla…", literalmente: "…en la que se encuentra Allah…". La partícula gramatical ‘fi’ (en) no siempre significa ‘dentro de’ o ‘contenido por’ en el idioma árabe, sino que también tiene el significado de ‘sobre’ o ‘por’. La prueba de esto la encontramos en el versículo coránico: {Y luego os haré crucificar en troncos de palmera...} (20:71) y el versículo: {Os concedemos sólo cuatro meses [¡Oh, idólatras!] durante los cuales podréis transitar con seguridad en la Tierra...} (9:2). Lógicamente que el significado de ‘en’ en el primer versículo no es: ‘en (dentro) del tronco mismo’ sino ‘sobre el tronco’, y en el segundo el significado de ‘en’ no es ‘en (dentro) de la Tierra’ o sea ‘enterrados en ella’ sino ‘sobre la faz de la Tierra’. Por lo tanto, el significado del Hadîz es que Allah está por sobre los cielos. Éste es el sentido del famoso Hadîz en el cual el Profeta de Allah (B y P) le preguntó a la esclava: ‘¿Dónde está Allah? Ella dijo: ‘En el cielo’ [es decir, sobre los cielos]. El Profeta (B y P) dijo: ‘Liberadla, pues ella es Mu'minah(creyente).’ Este Hadîz fue narrado por Muslim en su Sahîh.
[6] Ver Corán 38:57-58
[7] Narrado por Ibn Mâyah en su Sunan, y clasificado como Sahîh por el Shaij Nâsir Ad Dîn Al Albâni en su Sahîh Al Yâmi‘ As Sagîr, 2/169
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