El Hajj es único. No hay nada que pase en nuestro
planeta que sea de alguna manera comparable al mismo. Representa
verdaderamente el único modelo global de comportamiento social humano.
Si unas gentes en el espacio observaran la superficie entera de la
tierra por un período de años, verían algunos patrones localizados de
movimiento de seres humanos. Verían ciudades llenarse hasta el tope y
quedarse vacías diariamente según las gentes van y vienen de sus lugares
de trabajo. Probablemente notarían en el continente europeo un
movimiento de temporadas de idas y retornos entre el Norte y el Sur
según que las personas se dirigen al sol para sus vacaciones de verano.
Pero básicamente, el movimiento de las personas en la superficie de la
tierra parecería como completamente aleatorio a un observador externo, y
parecería que no hay verdadera actividad humana cohesionada que
envuelva a toda la raza humana. Sólo una cosa desmentiría esta
conclusión.
En cierto momento, cada año, la gente empezaría,
primero solos y luego en parejas y cada vez en mayor número, a moverse
hacia y reunirse en un punto árido en particular de la superficie de la
tierra. Si el observador tuviera equipo muy sofisticado, vería a la
creciente agrupación dando vueltas en círculos alrededor de un punto
central y luego dando idas y vueltas entre dos puntos adyacentes.
Entonces, en un día claramente preestablecido, toda la masa de gente
agrupada sería vista moviéndose a un valle cercano, y el día siguiente
cruzando hacia el desierto y permaneciendo allí por varias horas.
Entonces regresarían al valle desde el que emprendieron el viaje y luego
de un par de días empezarían a dispersarse y regresar a todos los
lugares, cercanos o lejanos, de los cuales habían inicialmente venido.
Nuestro observador ciertamente concluiría que éste era el fenómeno
discernible que unía a toda la raza humana y el único patrón global de
actividad humana. Desde nuestra necesariamente limitada perspectiva
humana es muy fácil perder de vista este aspecto universal de la gran
institución del Hajj y olvidar cuán realmente magnífico es ser parte de
él.
Otro aspecto que tendemos a perder de vista es la
antigüedad del Hajj y el hecho de que participando en él continuamos con
una tradición intacta que ha seguido ininterrumpidamente desde los
albores de la historia humana. Hace por lo menos seis mil años que
Sayyidina Ibrahim instituyó los ritos del Hajj centrados en la Casa que
construyó en el Valle de Makka, y esto ha venido teniendo lugar allí año
tras año desde ese tiempo. Y hay evidencia concluyente de otras partes
del mundo que similares agrupamientos, realizando círculos y líneas
rectas, tenían lugar en épocas aun más tempranas. Entonces cuando vamos
al Hajj estamos tomando parte en una serie de rituales que han sido
parte integral de la existencia humana desde antes del comienzo de la
historia registrada. Podemos bien ser el único vínculo vivo
conectándonos como seres humanos hasta nuestro primer antepasado, Adam, y
el principio de la raza humana.
Aun cuando los modernos medios de transporte han
hecho mucho más fácil el Hajj, no hay duda de que la verdadera falta de
dificultad involucrada en la preparación del viaje en cierta manera ha
hecho más difícil darle la misma intensidad de propósito que era un
acompañamiento casi automático del Hajj para los musulmanes de las
generaciones pasadas. Cuando ir al Hajj significaba dejar la casa por un
mínimo de varios meses, y en algunos casos por un año o más, la gente
tendía a pensar mucho más seriamente acerca de aquello en lo que se
estaban embarcando que nosotros, ahora que sólo es cuestión de subir a
un avión por un par de horas, algo que muchos de nosotros, de cualquier
manera, hacemos rutinariamente en el curso normal de las cosas. En los
días pasados, la partida de alguno para el Hajj y su eventual retorno
del mismo eran la razón de significativas celebraciones no sólo para
cada familia, sino para toda la comunidad en muchas partes del mundo.
Hoy en día se ha vuelto tan común que la partida de las personas y su
llegada pasa casi desapercibida en la mayoría de lugares.
Otra manera en que la experiencia del Hajj ha sido en
cierta medida devaluada ha sido la proliferación, sin paralelo, de
fotografías y cobertura televisiva de los lugares sagrados. La
exposición de nuestros antecesores al Masjid al-Haram y de la Ka`ba sólo
ocurría a través de las palabras de la gente que se encontraban que ya
antes había ido allí, descripciones escritas que podían haber leído o
escuchado, algunos diagramas e ilustraciones primitivas en los libros de
fiqh y las representaciones casi simbólicas que eran vistas en las
paredes de las mezquitas y las zawiyyas. Esto significaba que la
realidad de la visión directa de los lugares sagrados estaba
restringida, para ellos, a cuando llegaban allí y los veían con sus
propios ojos. Cuán ardiente era su deseo y cuán profundamente conmovedor
era para ellos la visión directa.
De cualquier manera, nosotros hemos sido bombardeados
con imágenes fotográficas de estos maravillosos lugares –ninguna casa
de un musulmán está completa sin una foto de Makka al-Mukarrama y otra
de al-Madina al-Munawwara agraciando sus paredes en algún lugar – y casi
todos nosotros hemos visto las masas circunvalando la Casa de Allah y
yendo entre Safa y Marwa en la televisión, al punto que es casi posible
sentir que hemos estado en Makka sin haber viajado allí en absoluto; es
posible incluso atender a la oración del Jumu`a en la Masjid al-Haram y
la Mezquita del Profeta, salla`Llahu `alayhi sallam, sin dejar tu sillón
favorito, y algunas gentes lo hacen. Mientras que en verdad no es
cierto decir de los musulmanes que en relación con estas cosas la
familiaridad ha producido desdén, creo que puede ser dicho justamente
que la familiaridad ha producido una cierta indiferencia hacia ellos,
una suerte de sentimiento de sé-todo-acerca-de-esto, respecto al cual es
muy difícil no estar afectado.
La razón por la que me he extendido un poco sobre
esto es porque tiene una inmediata relación con lo que es probablemente
el aspecto más importante de nuestra preparación para ir al Hajj, el
ponernos listos para este viaje que es el más significativo que hacemos
en nuestras vidas. Esta comodidad del viaje y la excesiva exposición de
imágenes de los lugares sagrados definitivamente tiene un efecto, y un
resultado desafortunado de ello es que el grado de previsión y
preparación, tanto interna como externa, que la gente le da ahora al
hecho de ir al Hajj tiende a ser significativamente menor que la que
antes solía haber. Hay poca duda de que se ha vuelto mucho más difícil
para la mayoría de la gente generar la misma intensidad de propósito que
les venía tan naturalmente a nuestros antepasados. El Profeta,
salla`Llahu `alayhi sallam, dijo:
“Las acciones sólo valen por sus intenciones. Cada uno consigue lo que se propone. Por tanto, todo aquel que emigra hacia Allah y su Mensajero, su emigración ciertamente es hacia Allah y su Mensajero. Pero aquel que emigra para ganar algo de este mundo o para casarse con una mujer, su emigración es hacia aquello a lo que ha emigrado.” (Bujari, An-Nawawi)
Este hadith, transmitido por el Amir al-Mu`minin,
`Umar ibn al-Khattab, radiya`Llahu `anhu, es el primer hadith en la
colección Sahih del Imam Bukhari y también fue escogido por algunos
otros, incluyendo al Imam an-Nawawi en su Riyad as-Salihin, para
encabezar sus colecciones de hadith. La razón por la cual estos grandes
doctores dieron primacía de posición a este hadith en particular, es que
contiene el precepto fundamental en el cual está basado todo lo que
hacemos – sin una correcta y sincera intención nuestras acciones no
tendrán ningún valor ante Allah; de hecho no tendrán ningún tipo de
existencia. Allah tabaraka wa ta`ala dice respecto a las personas que
realizan acciones sin una intención apropiada que:
“Las obras de los que niegan a su señor son como cenizas que se lleva el viento en un día huracanado” (Sura de Ibrahim, 14:18).
Qué rastro encuentras de ello cuando eso ocurre –nada
en absoluto. No, es sólo la intención aquello que conecta lo que
hacemos con Allah, la que hace nuestras acciones reales de tal manera
que ellas sobrevivirán a nuestra partida de este mundo y serán cosas que
encontraremos que cuentan para nosotros en el balance del Día de las
Cuentas. Sin una intención clara y definida será como si en efecto no
hubiéramos hecho nada en absoluto. Por esta razón, los estudiosos
siempre han puesto en claro que todos los actos de adoración deben ser
presididos por una clara intención. En el caso de la oración, si tú
olvidas tu intención siempre tienes una oración unas horas luego para
componer ello. Con el ayuno siempre hay un siguiente día de manera que
no se habrá hecho un daño irreparable. Pero con el Hajj, usualmente algo
de una oportunidad en toda la vida, el fallo en poner la intención
adecuada puede bien ser irremediable. El hecho de que estén hoy aquí es
una clara indicación que ustedes son gente que capta la importancia de
lo que están emprendiendo.
Como he dicho, la abrupta dificultad y las
características desconocidas de aquello a donde iban hacía de una fuerte
intención, un factor casi automático para los musulmanes de las
generaciones pasadas, pero, paradójicamente, nosotros, como musulmanes
de esta era de información, en la que la evidencia visual directa de lo
que está frente a nosotros está tan fácilmente disponible, tenemos muy
bien que hacer un esfuerzo de lejos más consciente para generar dentro
de nosotros mismos la misma fuerza de intención que les venía tan
naturalmente a aquellos anteriores a nosotros.
La primera cosa a tener en mente es que la intención
no es sólo un asunto de expresión verbal. Bien pueden haber fórmulas que
articulen claramente la intención que queremos poner, pero es vital
recordar que esto debe ser la expresión externa de un claro propósito
interno contenido en nuestros corazones. La intención es un poco como el
iceberg: las palabras que la expresan son como la décima porción del
mismo, que aparece sobre la superficie, y que sólo está allí por los
nueve décimos restantes que hay debajo. Dentro de nuestros corazones
debemos tener una clara figura de qué es lo que estamos queriendo hacer.
Primero debemos tener en claro el tipo de Hajj que
vamos a realizar. Hay tres tipos de Hajj – hajj al-ifrad, hajj al-qiran y
hajj at-tamattu`. El primero es el hajj en sí mismo; el segundo, Hajj y
`umra combinados, y el tercero, `umra seguida de Hajj. No iré a los
detalles de cada uno de estos aquí; tal vez mi estimado colega podrá
hacerlo más tarde; es suficiente decir en este punto que tal vez la
diferencia más importante en lo que concierne a la intención es que en
el hajj at-tamattu` sales del ihram luego de completar tu `umra y luego
vuelves al mismo de nuevo para el hajj, y entonces es obviamente
importante que estés claro al respecto cuando pongas tu intención
original.
Acabo de mencionar el ihram y éste es, por supuesto,
el primero de los cuatro pilares del Hajj y una condición absoluta para
su realización. Algunas personas confunden ihram con las dos vestimentas
sin costuras que los hombres deben usar para el hajj, pero las
vestimentas son sólo los signos del ihram que es en realidad un estado
particular de ser de la persona. Entras en ihram o te pones en ihram
cuando cruzas un punto específico conocido como el miqat en el camino
que haces en el Hajj. La palabra ihram es de la misma raíz que la
palabra haram y se usa porque cuando estás en ello ciertas cosas que
normalmente son permitidas se vuelven prohibidas. La palabra también es
usada en la oración para el takbirat al-ihram y hay una clara similitud.
Una vez que has dicho el takbirat al-ihram te separas de la vida
normal: no puedes hablar, o comer o volverte y estás ligado a ciertos
movimientos claramente definidos hasta que la oración se finaliza.
Y el mismo principio se aplica cuando entras en ihram
para el Hajj. Una vez que has hecho eso ciertas cosas normalmente
permitidas se vuelven prohibidas para ti. Los hombres deben llevar
vestidos sin coser y no pueden cubrir sus cabezas. Las mujeres no pueden
cubrir sus rostros. Está prohibido peinarte o rascarte el cabello o
hacer cualquier cosa que signifique remover el cabello del cuerpo. Está
prohibido recortarse tus uñas, o removerlas de alguna otra manera. Está
prohibido usar perfume. Está prohibido cazar o matar animales de caza. Y
está prohibido tener sexo o casarse. Es sunna tomar un ghusl antes de
entrar en ihram y rezar dos rak`ats al hacerlo y ése es el momento en el
que tu Hajj empieza y cuando tu intención formal de realizar el Hajj
debe hacerse. Pero, por supuesto, ésta es una empresa seria, y es
necesaria mucha previsión y preparación interna y externa para estar
listos para ella.
Así como con el takbirat al-ihram te excluyes del
mundo en la oración y dedicas toda tu atención a Allah durante el lapso
de la oración, de la misma manera con el ihram del Hajj te separas de
las preocupaciones normales de tu vida y te dedicas enteramente al
servicio de Allah de la manera que Él ha prescrito hasta que tu Hajj
está finalizado. Es como si durante todo el tiempo que estás en ihram tu
cuerpo no existiera más y es sólo tu conexión con tu Señor lo que
importa. Tienes que comer y hacer wudú, pero aparte de ello te olvidas
de tu cuerpo y también de su apariencia. Es el único momento en el que
es obligatorio dejarte ir y en donde la atención normal contigo mismo
está más bien prohibida.
Entonces éste es el estado de ihram pero efectos de
la intención es indispensable tener una clara idea de lo que vas a hacer
mientras estés en él. Obviamente tú ni sabes ni puedes saber
exactamente qué es lo que va a pasar y la realidad es siempre muy
diferente de cualquier idea que tengamos de ella, de cualquier modo es
vital tener en mente una clara idea de los varios ritos y prácticas que
te estás proponiendo realizar para que tu intención sea completa y, por
tanto, para que tu Hajj sea adecuadamente cumplido. La figura básica es
muy simple y no es difícil de captar. Una vez que la captas siempre
serás capaz de enfocarte en la tarea que has emprendido y es más difícil
que te distraigas de ello por el caótico alboroto que casi con
seguridad te envolverá cuando llegues a tu destino.
La secuencia básica de los eventos del hajj es como
sigue: ihram – talbiya – tawaf de llegada – sa`y – ir a mina el día 8 de
Dhu`l-Hijja – estar en `Arafa el día 9 – pasar la noche en Muzdalifa –
regresar a Mina en la mañana del 10 – el apedreamiento del Jamra
al-Aqaba – el sacrificio – rasurar o cortarse el cabello – Tawaf
al-Ifada – dejar el ihram – apedrear los tres jamarat por dos o tres
días – tawaf de despedida. Ésta es, desde luego, una versión
extremadamente telegráfica de lo que pasa y ahora desbrozaré un poco más
la figura de manera que se vuelva más comprensible y fácil de asimilar.
No examinaré los detalles. Como ya he dicho, lo que me interesa aquí es
que todos nosotros tengamos de antemano una clara idea de lo que está
al frente nuestro a medida que se acerca el Hajj, de manera que estemos
preparados para él y seamos capaces de enfocarnos adecuadamente en él.
Aquellos que han estado en el Hajj ya antes estarán obviamente
familiarizados con esto, pero aun para ellos creo que será bueno
regresar sobre ello.
Ya he hablado de entrar en ihram. Con ello, el hajj
propiamente dicho empieza y los que están en el hajj recitan la talbiya.
La talbiya es la fórmula que empieza “Labbayk Allahuma labbayk”, “A tu
servicio, oh Allah, a tu servicio”, y debes repetir periódicamente esto
hasta que hayas salido del ihram pero no deberías recitarlo cuando estás
haciendo tawaf and sa`y. Cuando alcanzas Makka vas tan rápido como sea
posible al Masjid al-Haram a hacer tu tawaf de llegada. El Tawaf
consiste de siete vueltas alrededor de la Ka`ba, empezando y terminando
en la esquina que contiene la Piedra Negra, seguido de dos rak`ats en el
Maqam Ibrahim, dando la cara al lado de la Ka`ba donde su puerta se
ubica. Luego de tomar algo de agua del pozo de Zamzam vas directamente a
Safa para el sa`y. El Sa`y comprende idas y vueltas entre dos rocas de
Safa y Marwa siete veces, finalizando en Marwa. Esto concluye los ritos
preliminares en Makka, donde debes estar hasta que el hajj propiamente
dicho empieza.
En la mañana del día 8 de Dhu`l-Hijja vas a Mina
donde estás hasta luego de fayr del día siguiente, el noveno, que es
cuando vas a `Arafa. Te quedas en `Arafa todo el día, rezando Dhuhr y
`Asr juntos de la manera abreviada y pasas el tiempo recordando a Allah y
haciéndole du`a`. Apenas algo luego del atardecer, dejas `Arafa sin
rezar Maghrib y vas a Muzdalifa donde rezas Mahgrib e `Isha juntos y
abreviados. Pasas la noche en Muzdalifa, recordando tomar pequeños
guijarros para apedrear el jamarat en Mina en los días siguientes. Luego
de la oración de Subh en la mañana del 10 de Dhu`l-Hijja vas a Mash`ar
al-Haram y haces du`a allí.
Desde allí regresas a Mina donde primeramente
apedreas el Jamra al-Aqaba con siete de los guijarros que recogiste en
Muzdalifa. Luego de completar el apedreamiento realizas tu sacrificio si
tienes un animal y entonces los hombres deben rasurarse las cabezas o
al menos cortarse algo del cabello, y las mujeres deberían acortarse el
cabello un poco. Tu siguiente obligación y el último de los pilares del
hajj es el Tawaf al-Ifada para el cual, por cierto, debes regresar al
Masjid al-Haram en Makka. El mejor día para hacer esto es el día del `Id
luego de que te has rasurado la cabeza o cortado el cabello pero puede
ser hecho en cualquiera de los días del Tashriq que son el 11, 12 y 13
de Dhu`l-Hijja. Cuando has completado tu Tawaf al-Ifada, y no antes,
sales del ihram y todas aquellas cosas que estaban prohibidas para ti
durante el mismo se vuelven permitidas. Deberías pasar dos o tres días y
noches en Mina, apedreando todos los tres jamarat con siete guijarros
por cada día, de manera preferible en la tarde antes de que caiga la
noche. Luego de los días del Tashriq deberías regresar a Makka e
inmediatamente antes de que partas deberías realizar tu tawaf de
despedida.
Ésta, entonces, es la reseña de los ritos del Hajj y
cada uno de los que va al Hajj debería estudiar la secuencia básica de
eventos antes de que partan y tenerlos internalizados de manera que una
vez allí ellos tendrán internamente un programa de acción al cual
referirse cuando quiera que lo necesiten. Es un poco como estudiar un
mapa cuidadosa y detenidamente antes de embarcarse en un viaje. Hacer
esto no necesariamente te asegura llegar a salvo a tu destino y los
lugares, cuando llegas a ellos, no estaban tan directos como parecían en
el mapa pero conocer de antemano a dónde vas y la ruta a tomar
ciertamente hace que alcances lo que quieres mucho más fácilmente. El
otro día tuve que ir a un lugar en Londres donde nunca antes había
estado. Encontré dónde estaba en el mapa y busqué la manera de llegar
allí. Una vez que estuve en el área, era muy diferente de lo que había
parecido en el mapa y había muchos factores que confundían, pero como
había previamente ya había examinado algo de ello seguí caminando, y
aunque tuve que hacer preguntas un par de veces para cerciorarme de que
estaba en lo correcto, no anduve equivocado y fui directo al lugar que
estaba buscando. Sé que si no hubiera estudiado el mapa muy
cuidadosamente y de esa manera conseguido una figura cuidadosa de a
dónde estaba yendo, definitivamente me habría perdido por completo.
Entonces hemos estado viendo cómo generar una fuerte,
correcta y efectiva intención para el Hajj y me he dedicado todo este
tiempo a hablar de ellos porque sin ello no hay ningún caso en ir al
Hajj. Es la condición absolutamente indispensable que hace posible que
nuestro viaje sea exitoso. Entonces, desde ese punto de vista, es la más
importante preparación que podemos hacer. Hay, por supuesto, otros
aspectos esenciales de la preparación, en particular los aspectos de las
medidas de precaución médica y los convenios de viajes y otros aspectos
pragmáticos y cosas útiles como todo ello pero no trataré de ellos toda
vez que no tengo experiencia en ese campo. Hay, sin embargo, otro
aspecto de la preparación que me gustaría examinar y se trata del
arreglo de nuestros asuntos antes de partir.
En el pasado, las personas realmente no sabían si
regresarían a su casa de su viaje al Hajj. El viaje en sí mismo era
mucho más peligroso y la enfermedad costaba muchas más vidas que ahora.
Mucha gente nunca regresaba a casa. Por esa razón, dejar sus propios
asuntos en orden siempre ha sido considerado una parte integral de la
preparación para el Hajj. Es una de las condiciones del Hajj que tú no
solamente deberías tener suficiente para los gastos del viaje y cubrir
todos los costos de alojamiento y comida de tu estadía en el Hijaz, sino
también que al partir dejes suficiente para cubrir las necesidades de
tus dependientes durante tu ausencia. Pero por encima de todo deberías
asegurarte, tanto como sea posible, que no dejas ningún asunto suelto
que causaría dificultad a tu familia en caso de que no regresaras. Por
ejemplo, si tú tienes deudas y no puedes pagarlas completamente antes de
su partida, al menos deberías asegurarte de hacer alguna previsión para
su pago. Y hay muchas otras cosas que serán diferentes en cada
situación particular y que necesitarán ser arregladas antes de que
puedas emprender el viaje con todo en orden. Esto es muy importante para
quienes dejas detrás tuyo pero también es esencial para tu propia
tranquilidad interna. Lo último que quieres es las preocupaciones de
asuntos no concluidos se introduzcan en tu conciencia y ocupen tu
corazón cuando estés cara a cara con tu Señor en la llanura de `Arafa.
Me gustaría acabar esta sesión referida a la
preparación del hajj contándoles lo que le ocurrió a un gran amigo mío,
un americano llamado Aziz Schaller, cuando él fue al Hajj en 1993. Él
fue con un grupo de Inglaterra y España y todos se encontraron como
punto de preconcentración en el aeropuerto de Jeddah. Luego de la usual
pesadilla burocrática tuvieron sus papeles en regla y se encaminaron
directo a Makka. Tuvieron suerte de permanecer muy cerca del Masjid
al-Haram y cumplieron su tawaf y sa`y sin dificultad. En el día
correspondiente, se fueron a Mina y de allí a `Arafa. Permanecieron allí
adecuadamente hasta después del atardecer pero como algunas personas
habían partido temprano, cuando llegaron a Muzdalifa les fue difícil
encontrar un lugar en donde pasar la noche. Luego encontraron un lugar
pero había un largo camino hasta una fuente de agua y Aziz pasó mucho de
la noche en idas y venidas con botellas de agua para asegurarse de que
cada uno en el grupo tuviera suficiente para el wudu y para beber en la
mañana. Completaron el hajj exitosamente, regresaron a Makka y luego de
un par de días se fueron a Madina.
A causa de la congestión de tráfico el viaje a Madina
tomó 24 horas y finalmente llegaron un martes justo antes de Maghrib.
Encontraron un lugar en donde estar cuya vista daba al cementerio de
Madina, Al-Baqi`, donde muchos de los Compañeros y grandes musulmanes
del pasado están enterrados. El miércoles Aziz se quejó de sentirse un
poco débil. El jueves la enfermedad se agravó y un par del grupo le
acompañaron al hospital local para su tratamiento. El resto del grupo
fue invitado a un lugar por la tarde. Cuando regresaron y preguntaron
por Aziz se les informó que él había acabado de morir. Lavaron y
prepararon su cuerpo para el entierro y se le hizo la oración fúnebre en
la Mezquita del Profeta, salla`Llahu `alayhi sallam, luego del Jumu`a.
La procesión fúnebre fue directamente de la mezquita a al-Baqi` y Aziz
fue enterrado entre Sayyidina Uthman ibn` Affan, radiya`Llahu `anhu, y
el Imam Malik, rahimahu`Llahu ta`ala.
Recuerden que esto pasó hace sólo 7 años atrás y que
hasta donde él mismo o cualquier otro sabían, Aziz estaba en perfecto
estado de salud. Aun así el tiempo que pasó desde que se sintió por
primera vez mal hasta su muerte fue escasamente de 24 horas. Ahora bien,
no estoy sugiriendo que esto suele ocurrir, aun cuando debemos recordar
que millones de musulmanes piden diariamente a Allah en sus du`as tener
ese fin, pero eso les lleva tan vigorosamente a casa que tal cosa es
realmente una muy remota posibilidad para cualquiera de nosotros. Lo
realmente importante que hay que comprender es que lo que sea que
ocurra, y Allah quiera que todos ustedes regresen a salvo, la verdad es
que cada uno de los que va al Hajj, el más importante viaje que
cualquier ser humano puede hacer, va a encontrarse con su Señor. No
podría haber mejor preparación para el Hajj que reconocer plenamente
esto.
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