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miércoles, 16 de septiembre de 2015

Una ventana al espacio


Muchas veces nuestra inconsciencia nos mantiene pegados a lo cotidiano, a lo familiar, y  nos aleja de plantearnos cuestiones trascendentales, de reflexionar sobre todo aquello que nos rodea. Meditar sobre la creación es lo que nos permite conocer la Majestuosidad y el Poder del Creador así como una de las vías para conocerle más.
Una de esas múltiples cuestiones que sería lógico plantearse es ¿por qué podemos ver galaxias a millones de años luz de distancia de la Tierra, partiendo de que solo un año luz son 9,5 billones de kilómetros?, ¿por qué podemos descubrir cosas del universo? La mayoría de los descubrimientos que desvelamos no son por casualidad o por accidente. Están planteados para que sean descubiertos, así fue la Voluntad Divina y así se manifiesta por múltiples vías.

Allah creó una atmosfera rica en oxigeno, que funciona como una ventana transparente para ver el universo distante. La distancia precisa y adecuada entre el Sol y la Tierra origina una luminosidad adecuada para que sean vistos cuerpos lejanos. La ubicación de la Tierra dentro de nuestra galaxia es ideal, y no casual, para el estudio del universo, y es algo anormal en la inmensidad del cosmos. La Vía Láctea, donde se sitúa el Sistema Solar y nuestro planeta, es una galaxia espiral, quizá la más bella de este tipo de galaxias, con sus majestuosos brazos girando desde el núcleo central compuesto por un gran cúmulo de estrellas y en cuyo centro se sitúa un agujero negro.

Muchas espirales tienen una característica muy curiosa: un bloque rectangular de estrellas en el centro en lugar de la típica forma esférica, y los brazos irradian desde los bordes de ese bloque. Los astrónomos llaman a este bloque “bulbo”, y nuestra galaxia posee uno. De hecho, el nuestro es bastante grande. Con 27.000 años luz de punta a punta es mucho más grueso que otros bulbos galácticos. Nuestro planeta está posicionado entre dos brazos espirales que forman una “ventana” al espacio exterior. Es justo esa abertura originada en el espacio entre los dos brazos la clave de poder hacer ciencia y hallazgos lejanos; si no existiese esta ventana, no podríamos ver absolutamente nada, excepto aquello que se considera cercano −decir cercano es hablar de un par de millones de kilómetros−.

Esta ventana es una abertura real que permite ver el espacio, cosa que no sucede desde otros cuerpos planetarios, donde solo veríamos nebulosas, polvo; esto funcionaría como una barrera  que impediría cualquier hallazgo de planetas, galaxias… Este gran signo (ayat) de la ventana, es mediante el cual Hubble demostró la expansión del universo, y entre otras muchas cosas más, demostrar también que “todo en el espacio se mueve siguiendo una órbita, todo está en continuo movimiento, nada es inmóvil, incluido el Sol”. Más impactante aún es el hecho de que esta ventana se conserva aun con el movimiento de la Tierra a 106.000 km/h alrededor de su eje. No sólo eso, quedó confirmado también que esa ventana se conserva en el movimiento de la Tierra alrededor del Sol y en los movimientos de precesión y nutación.

La ventana nos permite en la oscuridad de la noche ver miles de estrellas y los telescopios galaxias, asteroides, planetas y supernovas a años luz de distancia. La Vía Láctea tiene unas 200.000 millones de estrellas. De hecho, con unas pocas excepciones, las estrellas más distantes que podemos ver están a 1.000 años luz. Muchas estrellas son tan débiles que son invisibles aunque estén en ese rango; el Sol, por ejemplo, es una estrella tan débil que apenas se vería a 60 años luz de distancia, y eso que es bastante brillante en comparación con la mayoría de las estrellas. Dice Allah en el Corán: “Los que recuerdan a Allah de pie, sentados y acostados y reflexionan sobre la creación de los Cielos y la Tierra: ‘¡Señor nuestro, no creaste todo esto en vano. ¡Gloria a Ti, presérvanos del castigo del Fuego’”. (Sura de la Familia de Imran, 191).

Gracias a Allah. Que por Su Misericordia, nos permita conocer algo del vasto reino celestial. Es Allah Quien lo ha diseñado así. Es Allah El que permite la ciencia habiendo creado cantidad de medios para que se pueda llevar a cabo. Y Allah sabe mucho más y mejor, y todo el universo le glorifica a Él.

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